Atacar, atacar y volver a atacar. El Barcelona tenía claro lo que tenía que hacer ante la Juventus para intentar darle la vuelta a la eliminatoria. No le quedaba otra. Era ir a tumba abierta. Y lo hizo desde el primer minuto. Los italianos salieron valientes, presionando arriba, pero el fuelle les duró poco, y se fueron metiendo en su área.
Todos los focos estaban puestos en Kuipers, el árbitro. Y los jugadores culés y el público hizo su trabajo presionando desde el primer minuto. El holandés dejó jugar mucho para los dos equipos y el encuentro se encendió demasiado. Eso fue bueno para la Juventus, estaban en su hábitat natural, y el Barcelona se desesperó.
Busquets, Neymar, Messi y hasta Luis Enrique entró en el juego de los italianos y perdieron la concentración. Los de Allegri no crearon peligro, solo un tiro manso a las manos de Ter Stegen, pero el Barça tampoco puso en apuros a Buffon. Muchas llegadas al área sin concretarlas.
En la primera parte, sólo hubo dos tiros a puerta entre los tres palos, uno para cada equipo. No hubo gol en los primeros 45 minutos. El Barcelona le tenía que hacer tres a un conjunto que solo había encajado dos en todo lo que llevamos de Champions. Algo tenía que cambiar Luis Enrique, el partido se tenía que revolucionar.
Gerard Piqué se liberó bastante de sus obligaciones defensivas y se soltó en las subidas. Luis Enrique movió el banquillo y sacó a Paco Alcácer por Rakitic, que estuvo desaparecido. El Barcelona no conseguía crear verdadero peligro en la portería de Buffon. No había despistes de los italianos, solo una salida de Buffon. El portero italiano dejó escapar el balón en el área, pero el tiro de Messi con la derecha se fue por encima del larguero.
No era el día. La puntería no estaba afinada. Cada vez había más espacios para las contras de la Juve. Era lo normal. Allegri reforzó aún más la defensa con la entrada de Barzagli por Dybala. Esta vez, el argentino pasó de puntillas por el Camp Nou. El monólogo azulgrana era total.
Las esperanzas se fueron diluyendo en el Camp Nou. La misión se volvió imposible de verdad. La Juventus se defendió hasta el final, no perdió nunca el sitio y supo cómo jugar los últimos minutos. La Juve aprendió del PSG y no reculó en ningún momento. No pudo ser la remontada y el Barcelona quedó eliminado de la Champions.