Desde el primer momento en que salieron al trazado estadounidense, los Mercedes dejaron claro por qué se han convertido en campeones del mundo de constructores, con la presencia de sus dos monoplazas en la primera línea de parrilla por undécima vez.
Hamilton y Rosberg libraron una incesante batalla durante las tres tandas de clasificación, siendo el resultado finalmente favorable para el de Stevenage, que arrebató la 'pole' a su compañero y actual líder del Mundial por poco más de dos décimas.
Por su parte, los españoles corrieron suerte dispar. Carlos Sainz (Toro Rosso) logró entrar en la Q3 y saldrá décimo en la carrera del domingo, algo que no pudo conseguir Fernando Alonso (McLaren), que partirá desde la duodécima plaza.