"Estamos todos agotados, la carrera nos ha dejado la cara húmeda y no solo es por el champán. Es duro pero nos gusta, es uno de los retos más difíciles y es una sensación buena llegar a la meta", reconoció Vettel en la ceremonia del podio.
"Es una carrera larga, parece que dura para siempre. Hay cosas que pueden ir mal, a veces está muy ajustado y al final he controlado la distancia. También ha ayudado tener neumáticos blandos nuevos al final comparado con lo duros gastados de ellos", prosiguió el alemán.
El piloto de la escudería austriaca analizó la carrera globalmente. "La salida ha sido terrorífica. Nico -Rosberg- ha salido mejor. Al principio no tuve tracción y le dejé la parte interna, pero luego le pude dejar atrás y eso fue crucial, ya que tuve el control en el primer tramo de la carrera. Luego, con el 'safety', fue más complicado y en cuanto se fue el coche de seguridad de pista cogimos un buen ritmo. Todo esto sucede por el trabajo del equipo, y es un placer conducir aquí", manifestó.
A pesar de que lleva 60 puntos de ventaja sobre Alonso en el Mundial, Vettel no quiere aventurarse sobre la posibilidad de volver a ser campeón. "Es increíble pero, para ser sincero, no pienso en el Campeonato. Tengo una posición muy sólida pero yo sólo disfruto del momento. Ayer sentí la presión pero me encanta pilotar, el coche está fantástico y esto no pasa por accidente, el equipo esta fantástico", finalizó.