"Felicio a mis jugadores. Hasta el gol era un partido abierto para los dos equipos. Jugar de igual a igual contra el Barcelona tiene mucho mérito. Pusimos presión y agresividad. Nos costó el partido no convertir las ocasiones que tuvimos y el Barça encontró el gol en la jugada a balón parado", analizó.
Por otro lado, el argentino no entró a las preguntas sobre el árbitro, insistiendo en que tuvieron ocasiones para ganar. "No hablo de los árbitros, y menos después de perder. No busco excusas. Debemos irnos satisfechos de la actuación", explicó.
"No alterar la línea de juego ante el Barça dice mucho de nuestro equipo. Nos faltó meter las dos que tuvimos que hubieran significado una gran victoria. Nos tiene que valer para demostrarnos que podemos ganar a cualquiera", añadió.
Además, Berizzo reconoció que tras el gol de Mathieu el Barça se adueñó del ritmo del partido, y ya antes con la entrada de Xavi y el canasancio local, al tiempo que calificó de "irresponsabilidad absoluta" la acción de Orellana, quien fue expulsado en los últimos minutos por tirar un puñado de césped a la cara de Sergio Busquets.