De esta forma, el esfuerzo que han realizado los concesionarios en los últimos años para redimensionar sus estructuras, unido al impacto positivo de las distintas ediciones del PIVE sobre las ventas de vehículos nuevos --que ha permitido ocho trimestres de crecimiento consecutivos--, ha hecho posible la consolidación de su cuenta de resultados, frente a la situación que se registraba hace dos años, cuando seis de cada diez estaba en situación de pérdidas.
Por áreas de actividad, las ventas de vehículos --tanto nuevos como de ocasión--, han aportado el 48% de la rentabilidad de los concesionarios en el año 2014, lo que supone un incremento del 6% con respecto al ejercicio anterior.
Sin embargo, la posventa ha perdido peso, ya que su aportación al resultado de los concesionarios se ha reducido un 6%, hasta situarse en el 52% actual, debido a que su actividad continúa lastrada por la antigüedad del parque, ya que un coche viejo pasa menos por el taller y sus reparaciones son de menor importe. Además, los talleres ilegales concentran una de cada cuatro operaciones en el territorio nacional.
Esta proliferación de talleres pirata ha tenido un importante impacto en el área de recambios, que ha reducido su peso un 5% en 2014. Esto explica que solo en el último año, el volumen de reparaciones haya experimentado un descenso del 6%, principalmente, en aquellas relacionadas con carrocería y mantenimientos, ya que los pasos por el taller se limitan a averías imprescindibles.
En este contexto, el análisis refleja que la posventa ha aportado el 22% de los ingresos de los concesionarios, cuatro puntos menos que en 2013, terreno que ceden a las ventas, que han representado el 78% del volumen total de negocio, frente al 74% de 2013.