Esta circunstancia se produce a pesar de que España es el país europeo donde las empresas hacen un mayor uso del 'outsourcing' de servicios asociados al vehículo en lo relativo a reparación y mantenimiento.
Según Arval, esta externalización parcial de la flota supone para la empresa carga de trabajo innecesaria al destinar tiempo y recursos a unas funciones que no corresponden a su verdadero negocio.
Esta decisión, señala en una nota, repercute especialmente en la eficacia de compañías de pequeño y mediano tamaño donde, al haber un equipo humano más reducido, los empleados se ven obligados a colocarse la gorra de "personal multitarea".
De esta forma, el tiempo perdido en visitas a concesionarios para elegir el modelo de coche o colgado al teléfono para tratar de solucionar dudas o necesidades de los conductores suponen desviar la atención de su core business, cuando pueden dejarse en manos de un especialista que garantiza no sólo un ahorro en los costes operativos sino en el tiempo dedicado a cada proceso.