Según informó la organización del certamen francés, Williams está en condiciones de jugar el encuentro pese a no entrenarse este viernes. "Creo que tengo algún tipo de gripe que hace que sea difícil, es solo una cuestión de reposo y mantenerme hidratada", aseguró la estadounidense en una actualización de su estado de salud.
"He sentido mucho frío; así que estoy luchando, contra eso, intentando sudar. Ayuda que pueda estar en mi apartamento, y tener conmigo a mi familia y amigos", añadió en declaraciones recogidas por la propia organización de Roland Garros.
Williams, que luce con firmeza el número uno del mundo, está a un paso de alcanzar los 20 entorchados de este calibre, a tan solo dos del registro establecido en su día por la alemana Steffi Graf. Además, y en caso de triunfo definitivo, la estadounidense encadenaría esta corona con la lograda el pasado mes de enero en el Abierto de Australia.
Aquel título en Melbourne, abrochado por 6-3 y 7-6(5) frente a la rusa Maria Sharapova, dio comienzo a un nuevo año de éxitos para Williams, que firma una fiable estadística en finales de 'Grand Slam'; ha vencido en 19 de las 23 disputadas a lo largo de toda su carrera, lo que propiciará su condición de favorita sobre la arcilla de París.
SAFAROVA, A LA CAZA DE SU PRIMER 'GRANDE'
Y es que su rival, Safarova, buscará ganar el primer 'grande' de su carrera y convertirse de paso en la primera checa en levantar el trofeo Suzanne Lenglen desde que lo hiciera Hana Mandlikova en 1981. Para tal empresa querrá exprimir el físico de una Williams que, en semifinales, llegó a estar un set y un quiebre abajo ante la suiza Timea Bacsinszky.
Pero la yanqui, ganadora de Roland Garros en 2002 y 2013, revirtió la situación en la segunda manga y comenzó a derrocar las aspiraciones de una contrincante que posteriormente perdió 10 juegos consecutivos. Así, Williams mandó un serio aviso pensando en la pugna por los laureles finales, pues Safarova deberá repetir el sólido juego desde el fondo de la cancha que plasmó en su 'semi' ante la serbia Ana Ivanovic.
Ahí, una sensacional remontada en el primer set inspiró a la checa para sorprender a la balcánica, otrora número uno del mundo y ganadora de Roland Garros en 2008. Esa misma hoja de ruta sería la idónea si la jugadora nacida en Brno pretende doblegar a Williams, una tenista que seguro persigue ubicarse a medio camino de un enorme reto: conquistar los cuatro 'grandes' en un mismo curso.