Llega la mejor selección de Asia, los leones de los dos ríos, campeones gracias a un cabezazo de Younis Mahmoud. Aquel verano del 2007 Irak se paralizó para ver la gran final y festejar por todo lo alto su primer título itnernacional.
Los jugadores se convirtieron en héroes a su llegada a Bagdad. Por un momento el pueblo iraquí olvido la cruel realidad de un país castigado por la guerra. El régimen de Hussein, la guerra del Golfo, el bloqueo internacional, la invasión estadounidense y el terrorismo hundieron el fútbol iraquí, pero la copa asiática lo cambió todo.
La selección fue candidata al premio Príncipe de Asturias como ejemplo de superación. Jugadores de diferentes etnias y religiones conviven en paz y todos viajaron a Sudáfrica bajo las órdenes de Bora Milutinovic, el único técnico que ha dirigido a cinco selecciones en cinco mundiales diferentes. Un trotamundos de los banquillos que tratará de despertar a Irak del letargo internacional.