Son las once y media de la noche, tres amigos en silla de ruedas llegan en tren a la estación madrileña de Villaverde Bajo después de un día de compras. Pero cuando pretenden salir a la superficie comprueban que el ascensor está apagado. Sus sillas motorizadas, de 80 kilos de peso cada una, les impide salir por las escaleras mecánicas.
La estación va quedándose vacía, los guardas de seguridad no tienen llaves del cuarto de ascensores y no hay ninguna posibilidad de sacarlos en volandas, están atrapados.
Comienzan haciendo bromas pero según va avanzando el reloj se van poniendo nerviosos, necesitan ir al baño, hace frío y nadie les da una solución. Acaban llamando al 112 que aunque no puede acudir a su rescate sí activa un plan para comunicarse con Renfe, bomberos y policía.
Sobre las doce de la noche Beatriz, una de las jóvenes discapacitadas, empieza a sentirse mal y acaba vomitando. Finalmente sobre la 1 de la madrugada llega el SAMUR que les atiende y proporciona mantas para protegerse del frío. Los bomberos recorren la estación hasta encontrar el cuarto de ascensores y activar el interruptor que los pone en marcha.
Cuando por fin consiguen pisar la calle son las tres de la madrugada. Han pasado tres horas y media inmovilizados en un andén. Los tres amigos decidieron grabar toda la secuencia con sus teléfonos móviles.
Renfe ha pedido disculpas a los tres viajeros y se ha comprometido a investigar lo sucedido.
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