¿Entraremos en una segunda recesión? ¿Podremos salir? ¿Cómo?

ANDRÉS VILLENA OLIVER 22/06/2010 00:00

Lo que parece claro es que el tímido crecimiento que se estaba experimentando en Europa, e incluso en España -de un 0,1% del PIB en el primer trimestre de 2010-, va a quedar seriamente afectado. "Las previsiones ya se están haciendo a la baja en Europa, frente a países como Brasil, China, Corea del Sur, Indonesia o Estados Unidos, que ya han salido de la crisis", afirma el Profesor del IE Business School Rafael Pampillón, que dibuja diferentes escenarios futuros para las economías.

'V', 'U', 'W', 'L'...

"Estos países están saliendo en 'U' o en 'V' de la crisis; por su parte, lo más probable es que los países del norte de Europa experimenten una salida en 'W', mientras que los del sur -España, Italia, Grecia, Portugal- saldrán en 'L', representando este el peor de los casos", afirma este Profesor.

Este último grupo es el que tiene el pronóstico más preocupante: las evoluciones en 'L' se traducen en prolongados períodos de muy escaso crecimiento y elevado desempleo, como experimentó Japón durante diez años en lo que se denominó "la década perdida". ¿Por qué estos dos patrones tan diferenciados en Europa? Pampillón encuentra la diferencia en las 'rigideces' y en la 'competitividad': 'Los países del norte son muy competitivos, con un déficit público más bajo, tecnológicamente más avanzados y que además, con el caso alemán y austriaco como ejemplos, han emprendido ya algunas de las reformas que son necesarias".

Los países del sur serían, sin embargo, los más vulnerables o, incluso peor: "Estamos contaminando al norte". Nos hace falta reformas estructurales en el mercado laboral; en la Sanidad, con la introducción del copago; en la enseñanza, para incrementar la competitividad e integrar nuevas tecnologías; en las televisiones públicas; en el gasto transferido a las Comunidades Autónomas; en las Cajas de Ahorro... Todo esto generará crecimiento".

Un catastrofismo muy español

Menos pesimista se muestra el economista jefe de Intermoney y Profesor universitario, José Carlos Díez, que advierte de que no haber llevado a cabo estos recortes hubiera tenido consecuencias peores: "Nos hubiera subido el diferencial de interés de nuestra deuda pública, lo que hubiera equivalido a un ascenso de los tipos por parte del Banco Central Europeo".

Díez no pone tanto énfasis como Pampillón en la falta de competitividad de los países del sur de Europa: "Sí que es cierto que Grecia o Portugal tienen una menor competitividad; esto se refleja en un déficit por cuenta corriente constante en los últimos años y en una situación de peligro de insolvencia. Nosotros no tenemos un problema de insolvencia sino más bien de liquidez".

El modelo del Bienestar "no está en cuestión"

Respecto a futuros recortes, Díez admite que "habrá que hacer algunas reducciones más en el gasto público, pero no creo que el modelo de Estado de Bienestar esté en cuestión: nosotros nos incorporamos tarde a este modelo al comenzar el período democrático y lo detuvimos cuando el resto de naciones comenzó a retroceder. Su tamaño es bastante competitivo".

Además Díez no quiere que se pierda el problema más grave: "La deuda pública no es la mayor amenaza, lo que tenemos es un problema de deuda privada".

El peligro de volver al Siglo XIX

Otros economistas se centran en el papel y en las funciones del Estado del Bienestar y alertan de que un exceso en la reducción del gasto público "podría suponer volver al Siglo XIX". Así se manifiesta el Profesor universitario y secretario de Economía del Partido Socialista de Madrid, Antonio Miguel Carmona, que arremete contra los "economistas contadores de ovejas": "Estos economistas que están hablando de más recortes y reformas decían lo mismo hace diez años. No parecen economistas, parecen odontólogos. Los economistas del Siglo XIX y XVIII no supieron ver el Estado del Bienestar y ahora mismo hay muchos que siguen en este punto".

"El objetivo es que con el plan de Austeridad dañemos lo mínimo posible el Estado del Bienestar, que, además de suponer bienestar, implica también crecimiento: cuanto mejor formados, seguros y preparados estemos mejor nos va a ir. Invertir en el Estado de Bienestar es invertir en el crecimiento económico", declara Carmona.

Urgente: cambiar el punto de vista

Por último, determinados especialistas prefieren, en primer lugar, analizar con detenimiento cuáles son los principales actores internacionales que han acelerado esta toma de decisiones. De este modo se expresa la Profesora de Política Económica de la Universidad de Barcelona, Ángels Martínez Castells: "La visión de las agencias de rating -y la de los organismos internacionales, en otro nivel- es interesada, deformada y parcial; casi nunca han acertado ni en predicciones ni en recomendaciones, y sus Planes de Ajuste Estructural han producido siempre grandes estragos en la economía, sobre todo a nivel microeconómico, con un fuerte sesgo de género que ha perjudicado de forma desproporcionada a las mujeres".

Martínez Castells encuentra en la visión dominante de los 'establishments' financieros la principal causa por la cual Europa crece a menor ritmo: "Han sido las normas del Plan de Estabilidad y Crecimiento las que han repercutido en un menor crecimiento económico y menor poder adquisitivo para la inmensa mayoría de la población, con enormes tasas de paro".

Siguiendo este razonamiento, las medidas de austeridad aprobadas estarían empeorando el problema: "Europa no puede permitirse reducción de gastos y prestaciones públicas con una tasa media de desempleo del 10,1%, y el error y el horror es mayor en el caso de España, con un nivel de paro que sólo supera un país, Lituania, que ya siguió al pie de la letra los desafortunados consejos del FMI".

Si quebramos, es porque quieren que quebremos

¿Cómo proceder de otra forma? Muchos economistas alertan de la amenaza de quiebra o 'default' si no se toman estas medidas. Castells no lo ve así: "Le aseguro que si alguna de las naciones europeas quiebra es porque se quiere que quiebre... Y lamento decir que Alemania parece jugar a ello, soltando rumores como los que se han producido en las últimas semanas, sobre las prisas del Gobierno español para que se abriera el acceso al fondo de rescate del BCE, etc. Con enormes deudas que supuestamente no se podían o no se querían cubrir, el FMI acudió al rescate de México del 'efecto Tequila' de diciembre de 1994".

"Es fundamental que la gente sepa un poco de Historia económica y se dé cuenta de hasta qué punto nuestra situación es parecida a la de la Gran Depresión, de la que se salió cuando Roosevelt pudo imponer las grandes medidas reactivadoras del New Deal, con subidas de impuestos para los más ricos, subidas de salarios, grandes obras en infraestructuras, mayor protección social y regulaciones tajantes para la banca y las finanzas. Aun así, el mundo no se libró de la II GM".

Unas medidas reactivadoras en las que Àngels Martínez Castells coincide con el Profesor de Políticas Públicas de la Johns Hopkins University, Vicenç Navarro, con el ex Secretario de Trabajo de la Administración Clinton Robert Reich y, por supuesto, con lo que el Premio Nobel de Economía Paul Krugman viene apuntando en sus últimos artículos. Precisamente Krugman ha denominado "La camarilla del dolor" a ese conjunto de instituciones y opiniones que proponen un mayor esfuerzo de los ciudadanos para sanear las cuentas públicas. Aunque hay fuertes críticas y razonables divergencias, todo apunta a que seguiremos sufriendo.

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