España sólo tiene ojos para China

ESTEBAN MARTÍNEZ-MURGA 03/05/2008 10:55

Según la Oficina Económica y Comercial de España en Pekín, en el gigante asiático operan unas 450 empresas españolas, aunque muchas se limitan a tener sólo un representante comercial. Los sectores más dinámicos son el agroalimentario, el industrial, el de bienes de consumo y los servicios de consultoría, ingeniería y transporte.

Expertos en la potencia asiática, como InterChina Consulting, estiman que la inversión española se duplicará con creces este año. Pero aun así, todavía quedará lejos de los niveles de Francia o Alemania.

De ahí el interés del gobierno español en aumentar el dinero que España aporta al Banco Asiático de Desarrollo. El objetivo es que más empresas españolas consigan concesiones de proyectos financiados por el banco. Y para rubricarlo, nada mejor que celebrar en Madrid la asamblea anual de la entidad, a la que acudirán el primer ministro de Tonga, otros 35 ministros de Economía y Finanzas, y 6 gobernadores de bancos centrales de la región.

España, país 'emergido'

"En 30 años España ha pasado de ser un país emergente a ser un país 'emergido', la octava potencia del mundo", explica con una media sonrisa Isabel Riaño, directora general de Financiación Internacional. "El objetivo del gobierno con este evento es exponer y enseñar a los países y empresas asiáticas la experiencia española: es un escaparate para los sectores claves y punteros que tenemos", dice.

Con el ojo principalmente puesto en China, buena parte del esfuerzo empresarial español se ha canalizado hasta la fecha a través de los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD), créditos baratos otorgados por el ejecutivo español a terceros países. Estos préstamos bilaterales aseguran que el 75% del proyecto financiado con ese dinero lo tienen que realizar empresas españolas.

¿Se recortarán los FAD?

Aumentar los fondos que España "dona" al Banco Asiático de Desarrollo ha despertado los temores en una parte de la industria nacional presente en el país del dragón. Hay quien piensa que esa política acabará recortando el dinero para los FAD.

"De ser cierto, sería un movimiento estratégico muy, muy equivocado", señala una fuente con intereses en la zona. Desde el Ministerio de Economía se niega la mayor. Según Isabel Riaño, incrementar la aportación española a este organismo multilateral "no tiene que afectar de ninguna manera" al volumen de los créditos FAD que, bilateralmente, nuestro país ha comprometido con China o con el resto de países del área.

Riaño puntualiza que "España está comprometida a llegar al 0,7% del PIB en ayuda al desarrollo en el año 2012, porque ésa es la voluntad de la sociedad española" y añade que "en un mundo globalizado, canalizar esos fondos a través de organismos multilaterales es lo adecuado".

Más competencia

Pero en ocasiones también es frecuente escuchar en el mundo empresarial español críticas por lo difícil que resulta trabajar con organismos multilaterales como el Banco Asiático de Desarrollo. Se quejan abiertamente de la mayor complejidad a la hora de presentar y defender sus proyectos.

Para el tejido empresarial español, en su mayoría de pequeño tamaño, es difícil entrar y rivalizar con compañías multinacionales y conseguir hacerse con uno de estos proyectos multilaterales de grandes dimensiones.

Sin embargo, para el director general de este organismo, Rajat M. Nag, si uno acude a los fondos multilaterales, "gana en eficiencia porque compite contra los mejores del mundo". Cree que acudir sólo a los proyectos financiados con préstamos nacionales, como los FAD españoles, acaba cerrando puertas, ya que sólo permite acceder a las iniciativas más pequeñas y no a grandes proyectos pagados con dinero de todos los países. "No veo razón por la cual España no debería hacerse con un mejor y mayor trozo del pastel", concluye Nag.