"Actualmente tenemos 82 navíos en construcción y cerca de 150 nuevas embarcaciones planeadas", afirmó el jefe de Estado en su programa semanal de radio "Desayuno con el presidente".
Lula aseguró que los números demuestran que el país está asumiendo con mucha seriedad el proyecto de reactivar la industria naval y de convertir al país de nuevo en un importante polo de construcción de embarcaciones.
Según el gobernante, además de las encomiendas de la petrolera brasileña Petrobras para la construcción de navíos, plataformas marinas y sondas de perforación a grandes profundidades, los astilleros nacionales se han recuperado con nuevas encomiendas de navíos mercantes.
"Necesitamos construir navíos de transporte para disminuir el déficit que tenemos hoy en los fletes, que es muy grande", dijo.
"Brasil, definitivamente, asumió la responsabilidad de recuperar la industria naval. Nosotros, que ya tuvimos la segunda mayor industria naval del mundo en los años de 1970, prácticamente la habíamos aniquilado, y, ahora, la estamos reconstruyendo", dijo.
Lula aseguró que el sector, que durante algunos años estuvo fuera de operación, cuenta hoy con cerca de 50.000 trabajadores y con grandes perspectivas de ampliación ya que el Fondo de la Marina Mercante prevé contratos por cerca de 30.000 millones de reales (unos 17.440 millones de dólares) hasta 2014.
El gobernante admitió que el principal impulsor de la reactivación de la industria naval es el Programa de Modernización y Expansión de la Flota de Transpetro, la subsidiaria de Petrobras encargada del transporte de hidrocarburos.
Este programa prevé la construcción de 49 nuevos navíos en Brasil, de los cuales 46 ya fueron encomendados por un valor de 5.000 millones de reales (unos 2.907 millones de dólares).
Lula recordó que su visita a Río de Janeiro el viernes pasado fue precisamente para bautizar el tercero de los navíos encomendados por Transpetro y ya botado al agua.
El presidente agregó que lo más importante de la reconstrucción de la industria naval es la generación de empleo, de renta y de conocimiento tecnológico.
Lula aseguró que entre los trabajadores que se preparan como técnicos para trabajar en la industria naval figuran desde mujeres que se dedicaban a cosechar caña de azúcar en el empobrecido nordeste del país hasta ingenieros nipo-brasileños que quedaron desempleados en Japón como consecuencia de la crisis mundial y optaron por regresar a Brasil.
"En resumen, tenemos más astilleros, más navíos, más empleos, más distribución de renta y más conocimiento tecnológico. Es decir, más soberanía nacional. Todo eso es sagrado", concluyó.