Marina Silva afirma que no hay que sentirse totalmente satisfechos por el avance en Brasil

AGENCIA EFE 23/07/2010 00:32

"El mayor riesgo que afrontamos hoy es la complacencia, pensar que ese éxito a corto plazo es bueno y que continuará en el largo plazo", manifestó Silva durante un acto con inversores organizado por la Bolsa de Valores de Sao Paulo.

"No debemos ser pesimistas, por supuesto, pero no podemos pensar en atajos que nos alejen de los retos importantes que tenemos por delante", agregó durante un discurso ante varios centenares de invitados, que acudieron al hotel New York Palace para escuchar las ideas con las que se presenta a las elecciones del 3 de octubre próximo.

La ex senadora y ex ministra de Medio Ambiente cumplía hoy su segunda jornada de actividades en Nueva York, donde ha tenido ocasión de dar a conocer su plataforma electoral a empresarios, inversores y ciudadanos brasileños afincados en el área neoyorquina.

Silva recordó que Brasil ha sido capaz de afrontar "con un coste relativamente bajo" los efectos de la crisis financiera mundial de 2008 y que nunca hubo dudas de su capacidad de atender la deuda u otras obligaciones financieras.

Señaló además que Brasil ha sabido aprovechar el aumento de los precios de las materias primas y la creciente demanda de sus exportaciones así como el impulso de su mercado interno, que se ha debido en gran parte a reformas macroeconómicas y a una reducción de la pobreza, entre otros logros.

Explicó, por ejemplo, que el porcentaje de brasileños que vivían con ingresos mensuales inferiores a 52 dólares bajó del 17% de la población en 2003 al 8,8% en 2008.

Recordó que se prevé que la economía brasileña avance un 7% este año y señaló que hay optimismo en el país respecto del futuro económico. "Pero tenemos que ser cuidadosos", agregó.

"La tasa de crecimiento ahora es deseable, pero refleja los efectos de una recuperación cíclica" aseguró y señaló que el nivel de oferta de bienes y servicios dependerá de una mayor capacidad de producción a través de inversión en infraestructura, maquinaria, tecnología e innovación.

"Solo así veremos viabilidad en nuestro crecimiento", manifestó la candidata del PV, que agregó que para un desarrollo continuado se precisa "una gestión racional, cuidadosa de nuestros recursos públicos", al tiempo que se mostró partidaria de una reforma fiscal "que permita al estado brasileño recuperar su capacidad de inversión en un desarrollo sostenido".

Señaló que Brasil necesita "grandes inversiones en infraestructura" y expresó su compromiso, en el caso de llegar al Gobierno, con un sistema de objetivo de inflación, austeridad fiscal y un régimen flotante de cambio de divisas.

"El buen momento de la economía brasileña no puede desperdiciarse", aseguró en otro momento de su discurso y abogó por la estabilidad macroeconómica y el impulso del crecimiento.

Agregó no obstante que las "legitimas" aspiraciones de crecimiento deben ir a la par con un respeto al medio ambiente y una progresiva capacitación de los ciudadanos.

Explicó que su programa de Gobierno contempla el conocimiento y el medio ambiente como los ejes que definen las políticas del Estado y puso especial énfasis en la necesidad de invertir en educación y de respetar la diversidad y la estabilidad cultural en su país.

"Brasil debe crecer, pero de una manera equitativa", recalcó.

Durante una conferencia de prensa posterior, junto a su compañero de fórmula, Guilherme Leal, y su asesor económico Eduardo Gianetti, Silva aseguró estar "muy feliz" con el apoyo electoral que tiene en estos momentos.

Según algunos sondeos de opinión, Silva cuenta con un apoyo entre el 9 y el 10%, frente a la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff y del opositor José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quienes cuentan, respectivamente, con el 39% de preferencia.