Sebastián expresa a Forster el interés del gobierno español en la planta de Figueruelas

AGENCIA EFE 03/06/2009 19:10

Sebastián viajó a la central de Opel en la ciudad alemana de Rüsselsheim dispuesto a defender "con uñas y dientes" en Europa y ante los nuevos gestores de General Motors la planta aragonesa y con ello a sus 7.500 empleados.

Fuentes próximas al ministro informaron a Efe de que el encuentro con Forster, al que se sumaron otros cargos de responsabilidad de General Motors y del consorcio austríaco-canadiense Magna, entre ellos su vicepresidente para Europa, Manfred Eibeck, duró hora y media.

También asistió un representante de la empresa fiduciaria constituida por el Gobierno alemán para preservar los activos de Opel de la quiebra de la matriz General Motors.

"Ha sido un primer contacto y nuestra impresión es positiva", afirmaron las fuentes sin entrar en mas detalles.

Según un comunicado del comité de empresa de Figueruelas, los representantes de Magna comenzarán a visitar las fábricas de Opel y a entrevistarse con sus respectivas direcciones a partir del próximo 9 de junio, como paso previo a la puesta en marcha del plan de reestructuración previsto para el fabricante automovilístico.

En la reunión con Sebastián no se puso fecha a la visita a Figueruelas, pero los directivos de Magna anunciaron que tendrán listo en cuatro o cinco semanas un plan industrial para las plantas de Opel en Europa, y eso incluye Figueruelas.

El plazo coincide con el fijado hoy por el consejero delegado de Magna, Siegfried Wolf, para la firma de un acuerdo con General Motors, ya que la única vinculación entre ambas empresas por el momento es un principio de acuerdo, es decir la disposición a negociar.

El ministro alemán de Economía, Karl-Theodor Guttenberg, incidió hoy en ese aspecto al recordar que la entrada en Opel acordada entre Magna y General Motors y avalada por el Gobierno alemán, en contra de su opinión, no tiene carácter vinculante.

"La compra de Opel por Magna es tan concreta como un acuerdo de principio no vinculante", dijo Guttenberg, quien hasta el último minuto e incluso entre rumores de dimisión defendió la insolvencia.

La reunión de Sebastián con Forster produjo horas después de la de éste último con el consejero delegado de Magna, Siegfried Wolf.

Wolf viajó hasta la central de Opel para explicar ante sus casi 10.000 empleados los planes Magna, en el supuesto de que las conversaciones con General Motors concluyan con éxito.

El presidente del comité de empresa de Opel, Klaus Franz, afirmó en la junta extraordinaria a tal propósito que el camino al saneamiento de la nueva empresa será "muy duro".

Aventuró nubarrones especialmente negros para Luton (Reino Unido), Amberes (Bélgica) y Bochum (Alemania).

General Motors emplea en Europa a 52.000 trabajadores, 25.000 de ellos en Alemania.

Magna prevé un recorte de 11.000 empleos, según las informaciones que han transcendido a la prensa alemana.

Magna quiere entrar en Opel con el apoyo del banco ruso Sberbank y el fabricante ruso GAZ.

Las intenciones del grupo ruso-austríaco-canadiense es hacerse con el 55 por ciento del capital de Opel; General Motors conservaría un 35 por ciento y el 10 por ciento restante pasaría a manos de la plantilla.

Para Guttenberg y la mayoría de los expertos consultados estos días por la prensa alemana especializada, se trata de una solución "demasiado arriesgada" y con "difusas perspectivas de futuro".

Aun así, el Gobierno alemán apoyará financieramente al inversor con 1.500 millones de euros en avales en el primer semestre, cantidad a la que se sumarán hasta 4.500 millones de euros en los próximos años.

Según publicó hoy el diario austríaco "Der Standard", Magna también prevé solicitar ayudas públicas a las autoridades de Viena por 300 millones de euros.

El proceso de reestructuración que Opel pondrá en marcha, una vez atados todos los cabos sueltos, estará dirigido por el presidente de General Motors Europa, Carl Forster.

Se desconoce sin embargo si Forster se mantendrá a la cabeza de la nueva empresa.