El aumento del paro tendrá un impacto "duradero" en la economía española

AGENCIA EFE 19/06/2009 00:28

La economía española se enfrenta también al problema derivado del hecho de que no fue capaz de incrementar su productividad durante el período de fuerte crecimiento (1995-2007) y tiene ante sí "dificultades reales", subraya el INSEE (Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos).

"Estas dificultades se pueden ver, al menos en parte, como consecuencia de la acumulación de desequilibrios, que quedaron ocultos por el éxito de la integración de España en la eurozona", afirman los expertos del INSEE, que dedica íntegramente a España un estudio en su último informe de coyuntura internacional.

El Producto Interior Bruto (PIB) español se ha aproximado al de la media europea desde 1986, recuerda el instituto galo, que resalta que esa evolución "se imputa exclusivamente" al incremento de la tasa de empleo.

El aumento del empleo femenino, la llegada de trabajadores extranjeros y la bajada del paro estructural explican cuál es la base del crecimiento español de los últimos años, que no se vio acompañado de un aumento de la productividad, según la fuente.

El incremento de la demanda interna favoreció la actividad de los sectores de servicios y construcción, pero "los costes salariales unitarios crecieron muy rápidamente y el déficit corriente no dejó de aumentar", estima el INSEE.

"La continuación de una política fiscal rigurosa no ha sido suficiente para restablecer las condiciones de un crecimiento más equilibrado", añade el estudio.

Y ahora, después del estallido de la crisis financiera mundial y la consecuente crisis económica mundial, se hacen evidentes los desequilibrios de la economía española, "especialmente vulnerable", según la evaluación de los expertos franceses.

El "caso español" se toma en el estudio del INSEE como fuente de "enseñanzas" para el funcionamiento de la eurozona, que ha propiciado que se hayan podido soportar en España durante más tiempo situaciones de "exceso de endeudamiento" y de un "fuerte déficit exterior".

Pero el INSEE considera que dos de los elementos considerados a menudo como protectores de la economía española -los excedentes presupuestarios antes del estallido de la crisis y la puesta en práctica de una reglamentación bancaria más estricta que en otros países- "no han sido suficientes" para amortiguar el impacto de la crisis.

Según el análisis de 16 páginas que hace el INSEE de la economía española, ésta ha demostrado durante años un comportamiento "en apariencia, relativamente bueno", pero que ha ocultado "auténticas debilidades".

Entre éstas, cita la acumulación de algunos "desequilibrios": una mala atribución sectorial de recursos (en empleo y capital), el deterioro de la competitividad y el aumento del déficit corriente.

Hogares y empresas se endeudaron mucho entre 1997 y 2007, recuerda el informe, que señala que el aumento de la deuda familiar se dirigió sobre todo a la inversión en construcción residencial.

Pero los mismos sectores a los que benefició el aumento de la demanda -sobre todo el turismo, el transporte y la construcción-, son aquellos en los que no se pudo dar una recuperación de la productividad e incluso contribuyeron a aumentar el déficit español en este ámbito.

El INSEE estima que la segmentación del mercado laboral en España -mayor que en los otros grandes países de la eurozona- está en la base del aumento del desempleo de los últimos meses, sobre todo, y entre otras razones, por el gran número de contratos temporales.

El instituto francés considera que la bajada de la inflación en España podría contribuir a reducir los costes salariales unitarios y mejorar la competitividad exterior, pero la "espiral deflacionista" es un riesgo que hay que considerar.

El INSEE recomienda que se reduzca la importancia de los sectores de construcción, comercio, transporte y turismo en la economía española, aunque reconoce que la escasa movilidad geográfica de los trabajadores españoles hace difícil reasignaciones sectoriales del empleo.

Por último, el instituto advierte de las consecuencias que puede tener que muchos trabajadores permanezcan durante mucho tiempo sin empleo, porque corren el riesgo de perder su capacidad de reinserción en el mercado laboral.