Las ayudas públicas a empleo fueron "testimoniales" en 2012 mientras las de la banca subieron al 3,85% de PIB

EUROPA PRESS 11/11/2014 16:17

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) constata en el 'Informe anual sobre las ayudas públicas en España' que las ayudas horizontales --aquéllas que se conceden con carácter general y no a un sector económico concreto-- orientadas al empleo y la formación se convirtieron "casi en testimoniales" en el año 2012, cuando también perdieron peso las destinadas a fomentar el dinamismo empresarial y el desarrollo regional.

Según el documento, al que ha tenido acceso Europa Press, las ayudas horizontales son "menos distorsionadoras a priori" que las ayudas sectoriales, ya que buscan "corregir fallos de mercado", si bien el superregulador también advierte de que "también pueden generar efectos dañinos sobre la libre competencia si están mal diseñadas y tienden a favorecer a determinadas empresas, especialmente si tienen posición de dominio en el mercado".

Además, este tipo de apoyos públicos también pueden resultar sesgados en función de qué objetivos se apoyen de forma mayoritaria, que en el caso de España serían el I+D+i y el medio ambiente, aunque el peso de estas ayudas en porcentaje del PIB aún es inferior al de la UE-27, que está "relativamente más centrada" en el dinamismo empresarial (pymes, capital riesgo e internacionalización), el empleo y la formación y el apoyo social a los consumidores individuales.

DATOS DE 2012

Así, según un cuadro elaborado por la CNMC a partir del State Aid Scoreboard de la Comisión Europea (CE), España destinó 2.529 millones de euros en ayudas horizontales en el año 2012, yendo un 37,3% a medio ambiente y alivio de desastres naturales, un 30,2% a I+D+i, y un 24,2% a desarrollo regional. El apoyo a los consumidores apenas recibió el 0,2% del total, mientras que el empleo y la formación consiguió un 1% del dinero.

De este modo, España sólo destinó un 0,25% del PIB a ayudas horizontales, suponiendo por ejemplo las ayudas a la cultura y la conservación del territorio o las del fomento del dinamismo empresarial el 0,01% del PIB, respectivamente.

Por contra, la UE-27 alcanzó el 0,38% del PIB en ayudas horizontales, con 49.629 millones de euros, que fueron principalmente a las tres mismas áreas que en España --29% a medio ambiente, 24,4% a desarrollo regional y 19,6% a I+D+i-- pero dejando un mayor peso al resto de áreas, de modo que el empleo y la formación recibió hasta un 7,9% del total, las pymes, capital-riesgo e internacionalización recibieron el 7,5%, y el apoyo a los consumidores, el 6,9%.

Así, el porcentaje que sobre el producto interior bruto de la UE-27 representan este tipo de ayudas alcanza el 0,38%, y todos los ámbitos superan el 0,02% del PIB en aportaciones.

La Comisión señala asimismo que "la distribución por objetivos tampoco ha sido estable en el tiempo" y, desde 2007, en España "han ganado peso las ayudas al medio ambiente, mientras perdían peso el desarrollo regional y el dinamismo empresarial y las ayudas al empleo y formación se convertían casi en testimoniales en 2012".

AYUDAS SECTORIALES

En cuanto a las ayudas sectoriales, suponen casi un 26% en la UE frente al 36% en España, cifra que se reduce hasta el 15% y el 22% respectivamente si no se tienen en cuenta las ayudas a la agricultura, la pesca y el desarrollo rural, que tienen un procedimiento de notificación diferente, y sólo se contabilizan las ayudas a la industria y los servicios.

"Lo que explica el menor peso relativo de las ayudas sectoriales en la UE-27 es su mayor recurso al incentivo horizontal", aclara el informe, apuntando no obstante que desde 2009 el peso de las ayudas sectoriales en España han "aumentado ligeramente" frente al "descenso continuado" del ámbito comunitario. De este modo, España es el octavo país que más ayudas de este tipo concede, sobre todo al carbón, el acero y la industria naval.

Una diferencia que "sería mayor si se contara el apoyo al transporte ferroviario", señala la CNMC, apuntando que en este ámbito España está "por debajo de la media comunitaria" ya que es "de los países que menos aporta de toda la UE", apenas un 0,07% del PIB frente al 0,31% de media, al 0,9% que llega a aportar Hungría o el 0,8% de la República Checa. Sólo aportan menos Reino Unido, Irlanda y Portugal --que optan por prestar ayudas a otros medios de transporte pero no al ferrocarril-- y Lituania, con el 0,01% del PIB.

MENOS AYUDAS REGULARES

En general, España sigue situándose por debajo de la media comunitaria en concesión de ayudas regulares --aquéllas que no se dirigen a paliar estrictamente la crisis, que engloban tanto las horizontales como las sectoriales--, ya que la tendencia generalizada a la baja comenzó antes en nuestro país y en 2012 se mantenía, frente a la estabilización o "suave aumento" que comenzó a producirse ya en ese año en el resto de la UE.

Y es que España es el séptimo país donde estas ayudas pesan menos en porcentaje del PIB, con un 0,38%, por detrás únicamente de Italia, Estonia, Reino Unido, Luxemburgo, Bulgaria y Eslovaquia. El país con mayor peso de las ayudas regulares en función de su PIB es Letonia, con un 1,57%. Y todo a pesar de que nuestro país también es uno de los que ha registrado una caída más moderada, ya que partía unos niveles "relativamente bajos".

Con respecto al tipo de instrumentos utilizados para conceder ayudas regulares, el organismo indica que desde 2003 el mayor protagonismo ha recaído en las donaciones, que actualmente suponen el 56% del importe de las ayudas frente al 34% de las exenciones fiscales que, no obstante, han ido convergiendo con la media europea en la última década.

AYUDAS FINANCIERAS

El informe también recoge información sobre las ayudas al sector financiero, que vivieron un "repunte" en las categorías de recapitalización --se pasó del 0,79% del PIB en 2011 al 3,85% del PIB al año siguiente--, rescate de activos deteriorados --pasaron del 0% al 2,43% del PIB en el mismo periodo-- y en las garantías --se elevaron del 5,75% al 6,86% del PIB--.

En este sentido, la CNMC recuerda que "las medidas de recapitalización y rescate de activos deteriorados son potencialmente más distorsionadoras del mercado, por su más difícil reversibilidad y sus implicaciones financieras", razón por la cual la Comisión Europea sólo las autoriza cuando "se ha demostrado que se han explorado otras alternativas y los beneficiarios asumen también una parte de las cargas".

Así, pese a que la gran mayoría de estados miembros han concedido "importantes ayudas" al sector financiero, el superregulador advierte de que "existen marcadas diferencias" entre quienes actuaron al inicio de la crisis y quienes lo hicieron pasados varios años.

Por ello, mientras en 2008 y 2009 en España prácticamente no se produjeron rescates ni recapitalizaciones pero sí se concedieron garantías y liquidez, hasta que en 2012 ambas opciones se utilizaron prácticamente en la misma medida, en el resto de la UE se repartieron más ambos tipos de intervención a principios de la crisis y en los últimos ejercicios el porcentaje de recapitalizaciones y rescates era considerablemente más bajo (46,6% en España frente a 11,6% en la UE sin España).

El informe apunta que "un aspecto que puede resultar relevante es la recuperación que el sector público obtiene en relación a la ayuda prestada", algo que ha comenzado a materializarse en países como Reino Unido o Dinamarca, que "han recuperado ya buena parte de las ayudas concedidas" bien porque actuaron en los primeros años de la crisis, bien porque se configuraron con diferentes mix de productos financieros, incentivos o dimensión temporal.

En todo caso, la CNMC cifra en el 10% de la inyección de 12.052 millones de euros realizada entre 2011 y 2012 la cantidad ya recuperada por el Gobierno.