Durante más de media hora los tambores han estado sonando frente a la puerta del Ministerio para pedir a la ministra que rompa su silencio en el debate público sobre el cierre o la continuación de esa central y "reconozca abiertamente los graves problemas medioambientales de la energía nuclear".
Las organizaciones ecologistas convocantes consideran que el Ministerio de Medio Ambiente "está obligado a informar a los ciudadanos sobre los inconvenientes de la energía nuclear" y contrarrestar la posición del Departamento de Industria a favor de la continuidad de la planta burgalesa.
En declaraciones a los medios, el responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, ha criticado que el Ministerio de Industria "está tratando de torpedear" la postura del PSOE y del Gobierno, a pesar de que existe un compromiso electoral de cerrar las centrales nucleares según vayan agotando su vida útil.
En el caso de la central de Garoña eso ocurrirá en 2011 y el Gobierno debe tomar una decisión antes del próximo 5 de julio, cuando acaba la actual licencia de explotación.
Bravo ha asegurado que "hay motivos más que suficientes para cerrar la central de forma inmediata, sin olvidar los nueve sucesos de seguridad que ha tenido en lo que va de año", y ha advertido de que "en cualquier momento se podría producir un accidente nuclear grave del que tendríamos que lamentarnos todos".
El responsable de Greenpeace ha señalado que si el Gobierno decide prorrogar por dos años la licencia de Garoña "sería la solución menos mala" y ha agregado que "sería una auténtica derrota por parte de la industria nuclear y una victoria nuestra".
No obstante, ha asegurado que los ecologistas no van a aceptar que se decida mantener en funcionamiento la central, aunque sea hasta el 2011, sin que el titular (Iberdrola y Endesa) cumpla las condiciones impuestas por el Consejo de Seguridad Nuclear en el dictamen emitido el pasado 5 de junio.
Por su parte, Pablo Cotarelo, responsable de cambio climático de Ecologistas en Acción, ha considerado que Garoña es "absolutamente prescindible", ya que España exportó el año pasado tres veces la electricidad que produce esta central.
A su juicio, la única razón real de la industria nuclear es que "quieren seguir lucrándose a costa de nuestra seguridad explotando una central totalmente amortizada y que está en un estado deplorable de seguridad".
Los ecologistas han recordado que la anterior ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha expresado públicamente su posición a favor del cierre de Garoña y confían en que Espinosa cumpla de igual modo su función de defensa del medio ambiente.