El segundo de los retos para las asesorías jurídicas, según este informe, será contar con un perfil más internacional de los abogados. Las tres competencias más importantes que debe poseer un abogado de asesoría son trabajo en equipo, conocimientos técnicos y manejo de varios idiomas. Sin embargo, el 68% de los entrevistados asegura que los empleados de las asesorías jurídicas no participan en las políticas de movilidad internacional de la compañía.
Según este informe, el modelo de gobierno con las filiales es el tercer gran reto de las asesorías jurídicas en los próximos años. Los encuestados señalan que no existe un modelo idóneo de gobierno interno con las filiales, pero coinciden en que el marco debe pivotar en torno a la identificación de las decisiones claves para poder mitigar el traspaso de riesgos de una compañía a otra.
El cuarto reto, según este informe, será estrechar vínculos con otras áreas estratégicas de la empresa. Aunque el 55% de los encuestados sostiene que en su compañía existe un protocolo de comunicación, en la mayoría de los casos se caracteriza por su carácter informal y/o parcial, y el 45% confiesa no tenerlo.
La mayoría de los directores encuestados afirma que el grado de comunicación que mantienen con el comité de auditoría interna y el área financiera, principales responsables de velar por los riesgos de cumplimiento legales, es satisfactorio. Según este informe, el mayor punto de mejora está en la conexión con la función fiscal.
El estudio recoge otros dos retos más de las asesorías jurídicas para el futuro, que son mejorar la agilidad interna y aumentar la rapidez de respuesta.
Además, este informe señala que las asesorías acuden a la contratación de despachos externos sobre todo en asuntos relacionados con áreas del derecho procesal o con fusiones y adquisiciones o transacciones. La calidad técnica, la relación y la confianza con el equipo asignado y la disponibilidad son los aspectos que más peso tienen a la hora de la contratación externa.