Los cambios introducidos durante la negociación entre las instituciones europeas prevén un plazo de dos años antes de la entrada en vigor de las sanciones, con el objetivo de que el sector tenga tiempo para adaptarse.
"El acuerdo mitiga algunos de los efectos perniciosos que plantean las nuevas normas a los pescadores", ha explicado el presidente de la comisión europarlamentaria de Pesca, el eurodiputado popular francés Alain Cadec, que ha advertido de las dificultades de aplicación del nuevo reglamento, "en especial para los pescadores artesanales y multiespecie".
La Eurocámara también había exigido una solución "pragmática" para el almacenamiento de las capturas en las embarcaciones más pequeñas. Entre las novedades, se suprime la exigencia de almacenar separadamente las capturas que no alcancen la talla reglamentaria.
Además, la Comisión Europea se ha comprometido a realizar un informe anual sobre el nivel de aplicación y su eficacia, con el objetivo de valorar su calidad.
También hay un compromiso para tomar medidas contra el riesgo de que la obligación de desembarcar también los descartes provoque la aparición de "mercados paralelos" para los pescados que no cumplen con la talla mínima para ser comercializados.
Para su entrada en vigor, los Veintiocho deben dar aún su visto bueno formal al acuerdo, que después será publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea.