El Gobierno francés ha asumido ese compromiso en una carta enviada por el secretario de Estado de Industria, Luc Chatel, a la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, informó hoy el ejecutivo de la UE.
Bruselas había hecho constar a París sus reticencias sobre el plan de ayuda al sector del motor -que incluye un paquete de préstamos directos por un total de 6.500 millones de euros a Renault, PSA y Renaul Trucks- y, en especial, por las exigencias a los constructores para poder acceder a las ayudas.
Entre otras condiciones, los fabricantes debían comprometerse a no echar el cierre a sus fábricas en territorio francés ni a recortar plantilla.
En su carta, Chatel deja claro que las medidas no afectarán a la libertad de las empresas de llevar a cabo su actividad económica dentro del mercado interior y en concreto no les impedirá "adaptar su producción al desarrollo futuro del mercado, revisando sus planes estratégicos si fuera necesario".
Así, los contratos de préstamos con los fabricantes no contendrán "ninguna condición sobre la localización de las actividades ni sobre la obligación de dar prioridad a los proveedores franceses", subraya el comunicado de la Comisión.
La comisaria de Competencia se mostró satisfecha por las garantías ofrecidas por el Gobierno francés de que su plan de apoyo al motor no incluye elementos proteccionistas.
Para la Comisión, explicó Kroes, era importante eliminar "cualquier ambigüedad en este caso", dadas las consecuencias que una vuelta al proteccionismo podrían tener para el empleo.
El plan francés de ayuda a la industria del automóvil fue el primero en ser colocado bajo la lupa de Bruselas, pero después le han seguido otros, como el español.
Las ayudas que el Gobierno español planea dar al sector del motor -con una dotación total de 4.070 millones de euros- estarán condicionadas, según explicó el ministro de Industria, Miguel Sebastián, a que las empresas no destruyan empleo.
La Comisión pidió aclaraciones a las autoridades españolas sobre las medidas, para garantizar que no suponen una distorsión excesiva a la competencia, y ahora está analizando la respuesta enviada por Madrid.