La empresa ha explicado que este descenso de su beneficio se debe al aumento del gasto por amortización de su nueva planta de fraccionamiento y a una mayor tasa impositiva efectiva que en el primer trimestre de 2015.
La facturación de Grifols aumentó un 5,6% en los tres primeros meses, hasta alcanzar los 958,9 millones de euros, favorecida por su división de Bioscience, su principal motor de crecimiento.
En concreto, esta división elevó sus ingresos en el trimestre un 10,9%, hasta 754,9 millones de euros, mientras que su división Diagnostic facturó 161 millones de euros, un 6,7% menos.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) de la compañía catalana se situó en 282,5 millones de euros, un 0,9% por encima del logrado un año antes, mientras que el resultado neto (Ebit) descendió un 2,1%, hasta los 231,5 millones de euros.