La tabaquera, que confía en lograr un ahorro de 300 millones de libras (363 millones de euros) anuales a partir de 2018 mediante su programa de optimización de costes, implementará diversas medidas de reestructuración a lo largo de dos años.
"Los cierres propuestos reflejan el descenso de los volúmenes en Europa, impactados por las duras condiciones económicas, el incremento de la regulación, los impuestos especiales y el contrabando", indicó la compañía, que precisó que las dos factorías afectadas emplean actualmente menos de la mitad de su capacidad.
"Estos planes son parte esencial para garantizar el futuro sostenible del negocio", dijo Alison Cooper, consejera delegada de Imperial Tobacco.