Con el desembarco de Uterqüe, la única cadena que no tenía presencia en China, el grupo refuerza su apuesta por este país, donde prevé terminar este ejercicio con 425 tiendas de sus diferentes cadenas, y donde prosigue con la expansión de la venta por Internet, después de inaugurar la tienda 'online' de Zara el pasado 5 de septiembre.
En concreto, tras su entrada en países como Rusia, México o Grecia, Uterqüe se ha lanzado a la conquista del mercado asiático con la apertura de una tienda en el centro comercial de 'The Place', en Pekín, al que se suma un segundo espacio ubicado en el centro comercial IFC Mall en Hong Kong.
El presidente de Inditex, Pablo Isla, ha subrayado en diversas ocasiones el carácter prioritario del mercado asiático y la apuesta por China, donde la compañía siempre se ha mostrado partidaria de seguir creciendo e inviertiendo.
Inditex, que comenzó a operar en el mercado chino en 2004 con la apertura de una tienda Zara en Hong Kong, contaba al cierre del primer semestre con un total de 307 establecimientos, la mayor parte de Zara, con 114 tiendas, y Bershka, con 51 puntos de venta, en ciudades como Pekín, Shanghai, Shenzhen, Dalian o Hangzhou, entre otras muchas.
El grupo fundado por Amancio Ortega obtuvo un beneficio neto de 944 millones de euros en el primer semestre de su ejercicio fiscal (desde el 1 de febrero hasta el 31 de julio), lo que supone un aumento del 32% respecto al mismo periodo del año anterior.
La cifra de negocio del grupo se situó en 7.239 millones de euros, lo que supone un incremento del 17%, si bien este porcentaje se sitúa en el 15% a tipos de cambio constantes. Las ventas en superficie comparable del grupo registraron un aumento del 7%.
El área con mayor crecimiento ha sido Asia, que representa un 20% de las ventas totales frente al 17% de hace un año, al tiempo que América aportó el 14% de las ventas, dos puntos más que hace un año.
España, por su parte, redujo peso en las ventas del grupo, al contribuir con un 22%, cuatro puntos menos que hace un año, mientras que Europa (sin España) representó el 44% de la facturación, frente al 45% de un año antes.