El ladrillo, falso crecimiento

Marisa Arellano / Informativos Telecinco 18/05/2013 18:29

España ha vivido de las rentas del ladrillo, de la construcción, desde que la primera reconversión industrial desmanteló la mitad de la industria. En 1970 el sector industrial representaba el 40% de la riqueza del país, en 1985 el porcentaje cayó hasta el 23,5%. La industria es el sector que más y mejor empleo crea, porque es más estable y mejor remunerado. El que genera la construcción es mucho más rápido, pero es efímero. Una vez construido el inmueble, terminada la obra, ya no se crea más riqueza. Tanto en el primer Gobierno de Felipe González como después en el primero de José María Aznar, triunfó la idea del ladrillo. La primera burbuja inmobiliaria, entre 1985 y 1991, se había saldado con pocas víctimas. Así que cuando comienza a gestarse la segunda, en 1998, nadie quiso pensar en las consecuencias. Tampoco el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se enfrentó a la burbuja. Es muy difícil renunciar al crecimiento rápido, al objetivo de pleno empleo. Nadie quiso entonces mirar debajo de la alfombra del ladrillo para ver qué estaba ocurriendo. Deuda y más deuda. Burbuja que se pinchó de la peor manera posible, avivada por una crisis financiera internacional. Pero España tiene su particular duelo. En 2007, cuando comenzó a pincharse la burbuja, el peso de la industria en la riqueza del país había vuelto a caer a la mitad. Representaba el 12,4%. Ahora, con la economía parada, abrumados por los recortes y sin crédito, surge un riesgo aún mayor. Que cuando acabe la crisis, España no tenga capacidad de crecimiento; simplemente porque no haya tejido productivo suficiente para el tamaño de nuestra economía. Por eso, los recortes en investigación y desarrollo son, según los expertos consultados, un suicidio para el país. Sin industria –afirman- no hay futuro. I+D+I que hay que combinar con un cambio de valores, que acabe con la cultura del atajo y del dinero fácil.