El Indicador de Confianza del Consumidor que elabora el Instituto de Crédito Oficial (ICO) se situó el mes pasado en 63,8 puntos, 1,9 por encima de la de abril, y aunque esta cifra sigue siendo baja -todo lo que sea por debajo de cien puntos muestra que hay más pesimistas que optimistas- continúa creciendo desde hace tres meses, tras haber tocado suelo en febrero.
El presidente del ICO, Aurelio Martínez, recordó en rueda de prensa que la confianza de los consumidores suele anticipar lo que después le ocurre a la economía, y del mismo modo que empezó a bajar antes de que lo hiciera el Producto Interior Bruto (PIB) sugiere ahora que la caída de la actividad va a ser menor a partir de ahora.
Así, Martínez calculó que en este segundo trimestre el PIB podría caer entre el 1,3 y el 1,5 por ciento, frente a la bajada intertrimestral del 1,9 por ciento registrada entre enero y marzo.
El indicador de confianza del consumidor es una media de otros dos índices: el que mide la percepción sobre la situación actual y el de expectativas.
Como siempre, los consumidores son más optimistas sobre el futuro, aunque en esta ocasión ha aumentado más el indicador de situación actual.
Así, la percepción sobre la situación económica actual, aún siendo aún muy pesimista, aumentó tres puntos, hasta los 34,7, mientras que el indicador de expectativas mantiene su línea ascendente y se sitúa ya en 92,9 puntos, siete décimas por encima del de abril.
Todos los componentes con los que se mide la confianza del consumidor español han mejorado, excepto el de expectativas de empleo, que bajó una décima.
Así, ha mejorado la visión que los ciudadanos tienen tanto sobre la economía del país como sobre la situación de su hogar y del empleo.
Además, siguen subiendo las expectativas para el conjunto de la economía y sobre la situación del hogar, y en este último caso supera los 100 puntos por primera vez desde febrero del año pasado, por lo que hay más ciudadanos optimistas que pesimistas en cuanto al futuro de su entorno más inmediato.
Aurelio Martínez celebró el dato de mayo, que muestra una tendencia al alza en la confianza de los consumidores que, en su opinión, continuará en los próximos meses.
Martínez recordó en cualquier caso que este indicador coincide con la mayoría de los índices internacionales que miden la confianza, y que también han empezado a mejorar.
También hay más ciudadanos optimistas en lo que se refiere a la evolución de los precios de consumo -la inflación está en tasas negativas- y han mejorado las expectativas sobre los tipos de interés, lo que significa que los ciudadanos esperan nuevas bajadas en el precio del dinero para los próximos meses.
No es tan bueno el indicador que mide las expectativas de ahorro de los ciudadanos, que ha bajado en 2,1 puntos, como también lo ha hecho el que se refiere a los bienes de consumo duradero, lo que muestra que los ciudadanos son aún bastante prudentes a la hora de gastar.
En la rueda de prensa, Aurelio Martínez subrayó también el hecho de que, en términos interanuales, el indicador de confianza ha mejorado por primera vez desde que se inició la crisis financiera en el verano de 2007.
La mejora en un año ha sido de 7,4 puntos -la confianza de los consumidores en mayo de 2008 estaba en 56,4 puntos- y ha sido posible gracias a la recuperación de las expectativas en 22,3 puntos y a pesar de que la valoración sobre la situación actual es 7,6 puntos inferior a la de un año antes.
El Indicador de Confianza se elabora con una encuesta a 1.000 ciudadanos, a los que se les pide valorar como "mejor" o "peor" la situación de su economía familiar, la economía española y el empleo respecto a la que existía seis meses antes, así como sus expectativas para los próximos seis meses.
El indicador se calcula como media aritmética de los balances de situación actual y expectativas, cuyos valores oscilarán entre 0 y 200 puntos, lo que supone que si está por encima de 100 puntos la percepción es favorable y optimista, y por debajo de 100 es negativa o pesimista.