"La persistente perspectiva negativa para la banca de Reino Unido se explica por la incertidumbre de las perspectivas económicas, la presión sobre la rentabilidad y los riesgos a la baja para los activos", señala Elisabeth Rudman, vicepresidenta de Moody's.
"Estos factores se ven parcialmente compensados por el fortalecimiento de las ratios de capital, la fortaleza de las franquicias y los avances de las entidades en la mejora de su liquidez y en reducir su dependencia de la financiación a corto plazo", añade.
Asimismo, Moody's considera que la probabilidad de que el Gobierno británico preste ayuda a las entidades sistémicamente importantes "disminuirá a medio plazo" a medida que las autoridades avanzan en la implementación del nuevo marco regulatorio.
En el aspecto macroeconómico, Moody's prevé que en los próximos 12 a 18 meses el entorno operativo de Reino Unido continuará siendo difícil. La agencia prevé que el PIB de Reino Unido en 2012 oscile entre el -0,5% y el 0,5%.
"Moody's espera cierto descenso en los impagos durante los próximo 12 a 18 meses, a medida que los bancos han superado lo peor de los problemas en la calidad de los activos que emergieron en 2009 y 2010, aunque los riesgos se mantienen inclinados a la baja debido a las débiles condiciones económicas", explica la agencia.
En concreto, la calificadora de riesgos advierte del riesgo que representa para la banca británica su exposición al mercado inmobiliario y minorista de Reino Unido, así como su exposición a los países de las periferia del euro.
"Aunque los bancos de Reino Unido han limitado su exposición a la deuda soberana de la periferia de la zona euro, sus otras exposiciones, predominantemente hipotecas residenciales de bajo riesgo en España e Italia, todavía podrían ser una fuente de nuevos impagos", advierte Moody's, que, sin embargo, considera que los bancos británicos cuentan con capital suficiente para absorber las pérdidas potenciales.