El lunes se anularon 868, a los que se sumaron otros 108 al día siguiente, y cientos de pasajeros se arriesgan a sufrir nuevas demoras.
Un portavoz de Heathrow aconsejó hoy a los viajeros que llamen a las aerolíneas con las que tienen previsto volar antes de trasladarse al aeropuerto.
La primera noche tras la nevada, los hoteles próximos al aeropuerto hicieron su agosto gracias a las pernoctaciones de los pasajeros imposibilitados de volar y pese a cobrar en algunos casos precios de más de 300 euros por habitación.
Numerosos hospitales de Londres y sus alrededores cerraron sus puertas el lunes a los pacientes externos.
Mientras tanto, miles de personas que viven fuera de Londres pero trabajan en la capital siguen sufriendo interrupciones en los ferrocarriles de cercanías.
Al mismo tiempo arrecian las protestas por la decisión tomada el pasado lunes de suspender todo el servicio de autobuses en Londres, lo que dio lugar a un auténtico caos en la capital.
Los responsables de los transportes de Londres han recibido avisos de que los viajeros no aceptarán que se repita ese caos otra vez esta semana, en la que se anuncian nuevas nevadas.
El daño para la economía de todas esas interrupciones de los servicios básicos para la economía ha sido enorme, y algunas fuentes los cifran en el equivalente de 3.300 millones de euros.