El propio Lula confirmó la dimisión y, aunque no comentó la razón, dijo a periodistas que la reducción de la diferencia entre los tipos que la banca paga y los que cobra es actualmente "una obsesión" para el Gobierno.
Según datos oficiales de marzo pasado, el Banco do Brasil cobra actualmente hasta un 4,6 por ciento por los préstamos personales y hasta un 7,9 por ciento por los créditos otorgados a través de las cuentas corrientes, considerados excesivos por el Gobierno, sobre todo por tratarse de una entidad oficial.
El Banco do Brasil es la principal institución financiera del país, con activos por cerca de 156.000 millones de dólares, y tiene como principal accionista al Tesoro Nacional, que posee el 72 por ciento del capital.
Los otros accionistas son fondos de pensiones y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), mientras que cerca del 7 por ciento está en manos del mercado, a través de títulos que se cotizan en la Bolsa de Valores de São Paulo, donde la noticia de la dimisión de Lima Neto fue mal recibida por los operadores.
Al mediodía de hoy, tras unas tres horas de operaciones, las acciones del banco estatal caían un 6 por ciento, al tiempo que el índice Ibovespa, el principal indicador del mercado, avanzaba un 0,46 por ciento.