En concreto, el banco escocés ha vendido a inversores institucionales un total de 300 millones de acciones de Direct Line a un precio unitario de 2,10 libras.
De este modo, si los inversores ejercitasen completamente el derecho de sobresuscripción contemplado en la oferta, la participación de RBS en Direct Line quedaría reducida al 28,5%, mientras que de no hacerlo, se situaría en el 30,3%.
La operación forma parte de las medidas exigidas por la Unión Europea a la entidad, que necesitó ayudas públicas para garantizar su viabilidad. "El éxito de esta venta mantiene a RBS en curso de cumplir sus obligaciones de desinversiones para finales de 2014", dijo Bruce Van Saun, director financiero de RBS.