El convoy de residuos radiactivos topa con bloqueos al entrar en Alemania

AGENCIA EFE 06/11/2010 12:32

Los activistas, que protagonizan una de las mayores protestas antinucleares de los últimos años, se distribuyeron por las distintas rutas alternativas del tren y lograron desviarlo una vez de su ruta original y detenerlo al menos en otra ocasión desde que abandonó territorio galo.

El convoy, con 123 toneladas de residuos altamente radiactivos vitrificados en once contenedores especiales "Castor", cruzó la frontera franco-alemana poco antes de las dos de la tarde (13.00 GMT), con dos horas de retraso y por una ruta alternativa para evitar las protestas.

En lugar de adentrarse en territorio germano por Berg (suroeste del país), donde cerca de mil activistas habían tomado las vías, el tren se dirigió a la localidad de Kehl, unos 60 kilómetros más al sur, donde dos manifestantes colgados de un puente lograron detenerlo momentáneamente.

El tren debe aún atravesar unos mil kilómetros por territorio alemán hasta Dannenberg, la localidad más próxima al cementerio provisional de residuos radiactivos de Gorleben, durante los que se prevén nuevas acciones de los activistas antinucleares.

Ahí los contenedores serán trasladados hasta el depósito en camiones por una de las dos carreteras disponibles, ambas de unos veinte kilómetros, donde la Policía espera "sentadas" masivas de manifestantes antinucleares e incluso bloqueos con tractores, como en ocasiones anteriores.

Para escoltar el transporte y asegurar su avance a lo largo de este recorrido, las fuerzas de seguridad alemanas han movilizado a unos 16.500 efectivos, lo que supone el mayor despliegue policial para asegurar los contenedores "Castor" desde 2001.

En paralelo a estas acciones, decenas de miles de manifestantes, hasta 50.000 personas según los organizadores y unos 25.000 según la Policía, se congregaron en Dannenberg para protestar contra el tren de basura radiactiva y, en general, contra el empleo de energía nuclear en Alemania.

La primera gran concentración arrancó aquí a la una del mediodía (12.00 GMT), con la participación de músicos, actores y líderes políticos de la oposición, como Jürgen Trittin, portavoz del grupo parlamentario de Los Verdes, y Gregor Gysi, portavoz del grupo parlamentario de La Izquierda.

En el marco de esta protesta pacífica unas 150 personas intentaron hacer un agujero en el tramo de carretera por el que deben atravesar en camiones los contenedores "Castor", pero fueron dispersados por la Policía, que empleó porras y gases lacrimógenos.

La canciller alemana, Angela Merkel, y su ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, criticaron en un acto de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), los bloqueos de las vías del ferrocarril y los sabotajes.

El controvertido convoy abandonó ayer la planta de reprocesamiento de La Hague (norte de Francia) y se estima que alcanzará el depósito atómico de Gorleben el lunes, dependiendo de la intensidad de las acciones antinucleares.

Las protestas contra el empleo de la energía nuclear se han recrudecido tras la reciente decisión del Ejecutivo federal, la coalición de centro-derecha de Merkel, de prolongar la vida de las centrales nucleares del país.

En septiembre, el Gobierno liderado por Merkel aprobó ampliar la vida de las 17 centrales nucleares del país una media de 12 años, ocho años para las más antiguas y 14 años para las más modernas.

Esta decisión, sustentada en motivos económicos y energéticos, revocaba el acuerdo alcanzado en 2000 por el entonces gobierno socialdemócrata-verde de Gerhard Schröder, según el cual la última central en Alemania debía cerrarse el año 2021.

Además, sigue latente la polémica sobre la legalidad del cementerio de Gorleben, que acoge ya 86 contenedores "Castor" con residuos altamente radiactivos.

Pese a sus dos décadas de existencia, este complejo es legalmente sólo un emplazamiento temporal, ya que los sucesivos gobiernos no han estipulado el emplazamiento de unas instalaciones definitivas para el almacenamiento permanente de los residuos radiactivos en Alemania.

La organización ecologista Greenpeace presentó recientemente una querella contra la reactivación del proyecto para transformar Gorleben en el almacén atómico permanente de Alemania.

Juan Palop