El índice que elabora esa entidad privada se situó en marzo en 36,3 puntos, por encima de los 35,8 de febrero y de lo que preveían los analistas, pero aún por debajo de los 50 puntos que marcan la diferencia entre la contracción y el crecimiento del sector.
Esta leve mejoría con respecto al mes anterior indica que el ritmo de contracción de la actividad manufacturera en Estados Unidos se ha desacelerado, pero se mantiene el descenso que, además, es común a los 18 sectores económicos estudiados.
El nivel más bajo registrado por el ISM en los 28 años que lleva elaborando este índice (que tiene en cuenta desde la evolución de los pedidos y el empleo hasta el inventario de las empresas y los precios) fue el del pasado diciembre, cuando quedó en 32,9 puntos, tras once meses consecutivos de descensos.
Desde entonces, se han registrado pequeñas recuperaciones en el índice, lo que indica que el ritmo de empeoramiento tiende a suavizarse.
Los indicadores que registraron una mayor recuperación en marzo con respecto al mes anterior fueron el que mide los nuevos pedidos (que aumentó 8,1 puntos hasta 41,2) y el de los encargos acumulados (que recuperó 4,5 puntos y quedó en 35,5).
Por contra, el subíndice que mide las reservas de las empresas en almacén se redujo en 3,1 puntos y quedó en 32,2 puntos, mientras que el de entrega de suministros bajó 3,1 puntos hasta 43,6.