De hecho, el cambio de divisas tuvo un impacto negativo de 8,5 puntos porcentuales sobre la cifra de negocios de la multinacional, que alcanzó los 24.098 millones de euros, un 5,5% menos que un año antes.
En concreto, en el primer semestre, las ventas del propietario de marcas como Dove, Lipton, Axe o Rexona retrocedieron un 0,8% en Europa, donde la compañía apreció "signos de recuperación en España y Grecia", mientras Europa Central ofreció síntomas de debilidad, particularmente debido a la situación del mercado polaco.
Al cierre del primer semestre, la deuda de Unilever se situaba en 9.300 millones de euros, frente a los 8.500 millones contabilizados a 31 de diciembre de 2013.
"Nuestros mercados han atravesado una situación difícil y hemos experimentado una desaceleración adicional en los mercados emergentes mientras que los mercados desarrollados aún no han repuntado", indicó Paul Polman, consejero delegado de la compañía.