Para empezar, debes saber que las luces antiniebla delanteras no son obligatorias, tanto no utilizarlas como tenerlas instaladas. Por tanto, en todos los casos su uso es opcional, excepto cuando llueve, que están totalmente prohibidas.
Lo cierto es que, si las tienes, se recomienda su uso por la noche aunque las condiciones no sean adversas, como en tramos de curvas de vías estrechas (hasta 6,5 metros).
Lo complicado está en las traseras
Pero lo difícil es saber cuándo utilizar las traseras. Estas sí son obligatorias, tanto tenerlas instaladas como ponerlas. Las debes usar, sí o sí, cuando los fenómenos son muy fuertes, como lluvias muy intensas, nieblas muy densas, grandes nevadas y cuando te encuentres nubes de polvo o humo que te compliquen mucho la visibilidad.
Es decir, cuando cualquier fenómeno meteorológico te impida ver a menos de 10 metros, pon las antinieblas traseras. Es sencillo.
Ahora, ¿cuándo no debes ponerlas bajo ningún concepto y circunstancia? La legislación prohíbe activarlas cuando los fenómenos son más débiles. Es decir, cuando llueve, hay neblinas o brumas de carácter débil, cuando nieva o te topas con nubes leves de polvo o humo (pero puedes ver más o menos con no demasiada dificultad).