¡Llega la primera del verano! Diez cosas que no sabías sobre las olas de calor

El Tiempo Hoy 18/07/2016 15:00

No depende tanto de la temperatura, sino de lo que entendamos por calor

Al final, una ola de calor no es otra cosa que un consenso. Y uno además local. Todo depende de la temperatura 'normal' en la zona. Es decir, de la media. Una misma temperatura, puede considerarse habitual en un clima cálido, mientras en otra zona más fría puede levantar todas las alarmas. Además también influyen para la duración y el número de localidades afectadas. Parece de cajón, pero llamarlo de una manera u otra puede llegar a influir en la economía de un país.

¿Es igual en Madrid que en Bruselas?

En España, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) define ola de calor como un período de al menos 3 días, con temperaturas ambientales superiores a los 32,3 °C. Sí, con 03 decimales. En países como Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo, una ola de calor tiene diferentes características: durará al menos 5 días consecutivos con una temperatura máxima de 25 °C, de los cuales tres tienen que llegar a una temperatura superior a 30 °C.

¿Hay más en el Ecuador?

Precisamente, la zona ecuatorial no presenta las temperaturas más cálidas del planeta por su mayor nubosidad, por lo que los termómetos no marcan grandes extremos. Son los climas de tipo mediterráneo los más propensos a sufrir olas de calor.

Provocan cortes de suministro eléctrico

Si las olas de calor se alargan en el tiempo, se producen picos en el consumo de electricidad como consecuencia del incremento en el uso de aire acondicionado. Esto puede provocar fallos en el suministro de electricidad. Además, la situación puede agravarse por la sequía en los embalses de centrales hidroeléctricas, que ven mermada su producción.

La primera ola de calor, la más importante

Todo es relativo. Por eso, la primera ola de calor que llega, normalmente en julio en España, es la más importante para la salud de los ciudadanos. Así lo explica el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ya que es la que prepara al cuerpo para lo que vendrá, después de semanas con temperaturas menos calientes. Tras la primera, en teoría, el cuerpo estará más aclimatado para encarar el resto del verano. Esto es especialmente importante para los grupos de riesgo, como bebes y niños pequeños, personas mayores de 65 años o personas con enfermedades crónicas (hipertensión arterial, obesidad y/o diabetes).

Cada vez serán más frecuentes y extremas

Las olas de calor veraniegas serán más frecuentes e intensas. Todo, tal y como indican los autores de un estudio publicado en la revista Environmental Research Letters, como consecuencia del cambio climático. Las temperaturas serán a menudo más extremas y afectarán a zonas del planeta que en la actualidad gozan de un clima moderado. Para el estudio se realizó una proyección hasta el año 2100, en la que podía verse cómo la superficie del planeta que sufrirá olas de calor extremas en verano como aquellas que azotaron Grecia en 2007, Australia en 2009, Rusia en 2010 o EE.UU. en 2012. Pero ahí no para, se doblarán en el 2020 y se multiplicarán por cuatro para el 2040.

¿Cómo lo superan los mamíferos que no sudan? ¿Y los pájaros?

Los efectos de la ola de calor en la fauna dependen de la fisionomía de cada grupo y de la fortaleza de cada ejemplar. Por ejemplo, los mamíferos tienen impactos parecidos a los de la población humana, siendo los grupos de mayor riesgo los más viejos, las crías, enfermos y debilitados. Sin embargo, los mecanismos de defensa son diferentes. Muchos animales no tienen la capacidad de sudar. Los perros, por ejemplo, jadean, respiran más deprisa y buscan el contacto con el suelo, y algunas aves usan su plumaje como un climatizador; otras dejan el pico abierto para perder temperatura corporal.

¿Es verdad que hacen que nazcan más reptiles hembras?

Las olas de calor pueden determinar si un huevo de reptil es macho o hembra. Con más de 32 grados centígrados, nacen más hembras que machos, lo cual puede alterar los patrones del equilibrio entre los sexos. Además, ciertas especies invasoras pueden beneficiarse del calor, como el galápago de Florida, que necesita altas temperaturas para incubar.

Pintar de blanco te puede ahorrar mucho dinero

En las casas, existen algunos aislantes que pueden reducir a la mitad el calor que entra, como las planchas de pladur con aislante o las láminas adhesivas semireflectantes en las ventanas. En la ciudad, los árboles frondosos bien colocados y cuidados dan sombra al asfalto que, si no está protegido y en sombra, absorbe durante el día toda la radiación y la devuelve como radiación infrarroja por la noche, impidiendo el enfriamiento nocturno de la ciudad. Por otra parte, en muchas regiones españolas se encalaban las viviendas, hoy hechas de ladrillo rojo que absorbe el calor. Algo tan barato como pintar las fachadas y los techos de blanco ahorra millones de euros.