Cena alimentos ‘del tiempo’
En contra de lo que pensaba tu madre, una cena fresquita no es parte de la solución. El gazpacho o la ensalada rusa directos de la nevera no ayudan a refrigerarte. Si bien es cierto que la sensación térmica que provocan es más placentera, son menos eficaces que los alimentos que se comen a una temperatura ambiente. ¿Por qué? El organismo humano necesita mantener una temperatura interna de 37 grados para su correcto funcionamiento, por lo que si ingerimos algo muy frío, se enfrentará a una repentina bajada de temperatura y tendrá que trabajar más para recuperar esos 37 grados, con el consiguiente gasto de las reservas energéticas y 'recalentamiento' interno.
Congela el pulso
Pasar las muñecas o la parte interna de los brazos bajo agua fría durante 30 segundos puede enfriar rápidamente todo el cuerpo, pues estas áreas son por donde el flujo sanguíneo fluye más cerca de la superficie de tu cuerpo.
Ponte un poco de picante, ese gran desconocido para enfriar
Comer un taco o un mole muy picante puede sonar contraproducente si se trata de reducir la temperatura. Sin embargo, el ají contiene capsaicina, un estimulante de la producción de sudor que puede ayudarte a enfriar el cuerpo. Eso sí, no funciona en cualquier situación. Solo cuando el aire esté seco y no húmedo (con lo cual no funciona al lado del mar) y con la posibilidad de que el sudor de la epidermis pueda evaporarse con normalidad, sin estar limitado por tejidos no transpirables.
Pon hielo delante del ventilador
Un ventilador en la mitad de una habitación cerrada hará que circule el aire, pero eso no es suficiente para enfriarlo. Es mucho más efectivo si está al lado de una ventana abierta, pues toma aire más frío de afuera y lo propulsa adentro. Otro truco útil es posicionar el ventilador a cierta distancia y colocar un bol metálico lleno de hielo delante. A medida que el agua comience a derretirse, creará vapor frío.
Ir de cañas tiene un ‘pero’: el alcohol no te dejará dormir
Aunque los clásicos tintos de verano y las cervezas sean más apetecibles que nunca para cenar porque parece que refrescan más, se trata de una falsa sensación y pueden incluso llegar a provocar un golpe de calor. El alcohol no deja de ser una sustancia excitante, pero sobre todo dilata los vasos sanguíneos y provoca una sensación térmica mayor.
Congela las sábanas
Llevar cualquier cosa mojada a la habitación, tener la piel húmeda o usar algo mojado solo atrapará humedad densa en la habitación y causará incomodidad. Un buen truco es colocar las sábanas y fundas de almohada en el congelador 30 minutos antes de ir a dormir. En teoría, una vez sacadas permanecerán media hora frescas, tiempo suficiente para conciliar el sueño.
Mejor bebidas templadas que frías
Ya sabemos que no suena bien, pero la ciencia lo corrobora: la sensación de frescor se desvanece más rápido con las bebidas demasiado frías. Esto se debe también, como en el primer punto, a la cantidad de energía que necesita el cuerpo para mantenerse a 37 grados. Pero no hay que pasarse con las bebidas calientes, porque pueden causar daños en el esófago (recordemos, si no, la recomendación de hace unos meses de la Organización Mundial de la Salud sobre que el consumo de este tipo de bebidas podría provocar cáncer).
Date una ducha templada antes de ir a la cama
Con una ducha helada dejará de fluir sangre a la piel y el calor se quedará atrapado adentro, en vez de escapar. Por ello, lo mejor es tomar una ducha tibia que sea lo suficientemente fría para bajarle la temperatura profunda al cuerpo pero algo caliente para permitir que la sangre llegue a la superficie de la piel.
El abanico, último recurso
Abanicarse es otra costumbre que pensamos que nos refresca, sin embargo, el efecto que se produce es paradójicamente el contrario, pues el movimiento que implica aumenta el calor interno. Una vez ceses de darte aire, la sensación de calor intenso será notable.
Ejercicio antes de dormir, mal negocio
Si quieres hacer deporte, deberá ser tres horas antes de ir a dormir, ya que provoca un incremento de la temperatura corporal y el subidón de endorfinas tampoco favorecerá tu momento zen.