El pasajero, responsable de embarcar con los insectos, consiguió pasar los controles gracias a un contacto con un funcionario del aeropuerto de Moscú que lo recibiría. Las azafatas precintaron las cajas y comenzó el vuelo.
Se ignora cómo unas cinco abejas consiguieron librarse de su encierro inquietando a los pasajeros, según publica . 'The Telegraph'
Algunos testigos aseguran que el hombre que introdujo las cajas estaba ebrio, pero tampoco eso fue motivo para impedirle volar.
El avión fue fumigado al llegar a Moscú, pero en su siguiente parada, en Barcelona, los tripulantes encontraron cinco abejas vivas.
La noticia ha provocado polémica en Rusia por la facilidad con la que empleados de los aeropuertos y de las aerolíneas pueden transportar objetos en los vuelos internos del país.
La compañía aérea podría ser multada con más de 100.000 euros por la fumigación del Boeing 757 y por los retrasos ocasionados en su escala en España.