Aznar no es el único: cortes de manga y desplantes políticos

ANDRÉS VILLENA OLIVER 18/02/2010 18:42

Para Aznar lo de Oviedo fue demasiado. Tachado de "terrorista" y "criminal" por enésima vez después de lo de Irak, el ex presidente no pudo evitar mostrar su dedo corazón a una treintena de estudiantes universitarios exaltados que acababan de conseguir su objetivo. Un gesto desafortunado de quien suele encontrar en la agitación de las masas una motivación para crecerse.

Otros cortes de manga

Aznar no es el único. Ni mucho menos: por encima de él siempre estuvo el Jefe del Estado, el Rey Don Juan Carlos, figura esencial en la Transición por su autoridad, capacidad de diálogo y habilidades sociales. Unas virtudes que lo abandonaron cuando en una visita al País Vasco, increpado por militantes independentistas, mostró un 'Real' corte de mangas a la audiencia. Fue sutil pero las cámaras lo captaron para la posteridad.

La relación entre Aznar y el Rey deparó algún que otro traspié del primero hacia el segundo. En 1999 y con motivo de una Cumbre Iberoamericana en Cuba, Aznar, en pleno paseo por La Habana, decidió quedarse en mangas de camisa junto a un monarca que trataba de aguantar el fuerte calor caribeño con la chaqueta del traje puesto.

¿Por qué no te callas?

En otra Cumbre Iberoamericana, en Madrid y en otoño de 2007, Don Juan Carlos cogió el relevo de Aznar como protagonista del desplante. El presidente Chávez había tachado de "fascista" a Aznar. El venezolano parecía magnánimo hasta que se topó con el monarca. Probablemente incapaz de reprimir la cortesía y diplomacia, el Rey de España lanzó al venezolano su famoso "¿Por qué no te callas?", con lo que puso un triste fin a dicha discusión política. Meses y politonos de móvil después, presidente venezolano y Jefe de Estado español transformaron la ya famosa frase, estando juntos en Mallorca, en un "¿Por qué no nos vamos a la playa?"

La política nacional, como podemos deducir, está plagada de insultos. En 2003, en pleno Debate por el Estado de la Nación, un diputado del PP gritó "maricón" al líder de IU Gaspar Llamazares. La entonces presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, ordenó borrar el cariñoso apelativo del Diario de Sesiones.

Gilipollas, hijoputa...

Tampoco se quedó corto en 2003 José Bono, al tachar a Tony Blair de "gilipollas", igual que Sarkozy hizo en 2008 con un activista campesino que en uno de sus viajes se negó a dar la mano al entonces ya presidente de la República francesa. Al contrario de María Antonieta, 'Sarko' no ha pasado todavía por la guillotina.

Pero quizá lo más reciente después de Aznar haya sido el misterioso "hijoputa" al que Esperanza Aguirre habría perjudicado en Caja Madrid, al conseguir un asiento en el Consejo de Administración para Izquierda Unida, perjudicando al ala gallardonista del Partido Popular. Probablemente nunca se conozca al individuo pero los indicios parecen dirigirnos al mismo de siempre. Otro todopoderoso barón popular, Carlos Fabra, tachó en 2008 de "hijo de puta" al líder de la oposición en la diputación, Francesc Colomer.

Artistas, políticos, estrellas...

No solo los políticos, sino multitud de artistas, cantantes, músicos, futbolistas e incluso periodistas han caído en desplantes, en ocasiones con consecuencias jurídicas. En 2008, el ex coordinador de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés, Luis Montes, interpuso una querella criminal contra el ex portavoz de Aznar Miguel Ángel Rodríguez, que le había tachado hasta cinco veces de "nazi" desde un programa televisivo. En este apartado, el locutor Federico Jiménez Losantos acumula condenas que ya no se pueden contar con los dedos de una sola mano. Casi formas de ejercer una profesión...

Parece que insultar no cuesta mucho; decir la verdad está complicado, por lo que el lenguaje diplomático tendrá que seguir evolucionando para estar a una altura más digna. ¿O quizá no?. Aznar acaba de ser el ejemplo más reciente. Pero no ha sido el único ni será el último.