Bermejo respeta la decisión del TC y recuerda que cinco magistrados del Supremo disintieron

AGENCIA EFE 23/05/2009 10:38

En su primera entrevista con un medio de comunicación después de cesar como ministro de Justicia, hace hoy tres meses, Fernández Bermejo advierte además que "sería una audacia intolerable" por su parte opinar sobre la sentencia del Alto Tribunal ya que no ha leído aún los fundamentos que recoge.

"Me podrá gustar más o menos, pero la respeto", dice y apunta que "no se olvide que hubo ya cinco magistrados del Supremo que disentían de la mayoría, y esto es algo que es bueno que se tenga en cuenta a la hora de evaluar".

Confiesa que desde que dejó la cartera de Justicia, ha puesto "un poco de orden en su vida personal" y recuperado el tiempo perdido con sus hijos, su afición a la música -"he puesto cuerdas nuevas a mi guitarra y el piano está recien afinado"- y a cantar como hace una semana, con los componentes del grupo musical del que formó parte en su juventud.

También sigue cazando. "Recientemente estuve haciendo una espera preciosa a la luz de la luna. Ya sé que hay a quien le molesta que cace, pero yo soy yo", dice.

Su decisión de dejar el ministerio fue "libérrima" y asegura que no hubo ninguna "sugerencia" externa. "La iniciativa fue absolutamente mía y me consta que no fue bien recibida, porque pasaron días hasta que mis razones fueron escuchadas".

Preguntado si, tras su marcha, el conflicto del Gobierno con los jueces se ha suavizado con el nuevo ministro, Fernández Bermejo contesta que "no voy a entrar a ese trapo. Lo último que haría sería hablar de eso, porque estoy seguro que cualquier cosa que diga puede ser mal interpretada".

Explica que no quiere "entrar" en temas de Justicia "porque no puedo, aunque sea involuntariamente, interferir ese proceso", en referencia a la convocatoria de huelga anunciada para el próximo junio. "Quiero que salga bien, quiero que se llegue a un entendimiento, quiero que se avance en la construcción de la justicia, y seguramente lo mejor que puedo hacer para llegar a eso es estar callado".

Sin embargo en una conversación -es un gran conversador- previa a la entrevista, reflexiona sobre Montesquieu, comenta que habría que reeler muchas cosas y asevera que "no puede existir ningún poder que no esté controlado por otro poder".

Se siente ahora "más diputado por Murcia que antes" porque tiene más tiempo que cuando era ministro, "aunque siempre he tenido el chip murciano, no lo he dejado en ningún momento" y aunque no vive en la Región, está muy en contacto con sus dos compañeros de escaño murcianos.

"Ellos viven aquí, por lo tanto tienen una relación más directa con el latir de cada día, yo vivo en Madrid y veo las cosas de otras manera, aunque estoy muy en contacto a través de la prensa y el partido con lo que aquí ocurre, pero siempre en su dimensión nacional", agrega.

Ante la pregunta, inevitable en Murcia, de cómo ve el conflicto abierto con Castilla-La Mancha en torno al trasvase Tajo-Segura, asegura que "no es en absoluto realista plantearse las cosas coyunturalmente, sino hay que tener una dimensión larga de todo".

Su visión de esta cuestión "es de defensa de los intereses murcianos, por lo que no he dejado de explicar allí donde he estado el error en el que se suele incurrir desde fuera cuando se habla del agua en Murcia, error que consiste básicamente en no saber en absoluto que es la Región que mejor utiliza el agua".

Defiende que se debe "analizar el tema con distancia para darnos cuenta del planeta en el que vivimos, de las posibilidades de utilización del agua" y "no caer en maniqueismos absurdos, no hacer de ese tema política de partido, y ser capaces de ese gran acuerdo, que ya no puede ser solo inter-autonomías ni siquiera estatal, es mundial y desde luego europeo".

Al respecto se muestra convencido de que "Europa se tiene que implicar en la estructuración y el aporte de medios para una buena utilización de los recursos, entre ellos los hídricos" y reitera que "el agua necesita un gran pacto y hay que enmarcarlo en el ámbito europeo".