Conquistar mentes, enraizar en la escuela

ÍÑIGO URQUÍA 25/03/2010 00:00

Docentes y alumnos conviven a diario, enseñan y aprenden en un contexto enrarecido por la amenaza violenta. En concreto, uno de cada seis alumnos justifica la existencia de los pistoleros, mientras que otro 14% se muestra indiferente o, lo que es aún peor, no quiere hablar al respecto.

Pese a ello, la mayoría -un 71% de los jóvenes- condena el terror sin remilgos, según el informe del Ararteko de julio de 2009.

Las cifras, aunque no sorprenden ni parecen exageradas, sí constituyen una "mala noticia", tal y como señala el catedrático de la Universidad de Deusto Javier Elzo, encargado de dirigir este estudio técnico.

Asimismo, se debe subrayar que el porcentaje de colegiales que respalda a ETA coincide con la realidad social de Euskadi, donde Batasuna y las siglas que le han sucedido obtienen más de uno de cada diez sufragios depositados en las urnas.

Más alarmado que Elzo, el director del Euskobarómetro, Francisco Llera, afirma que los datos son más preocupantes de lo que parece. En su opinión, el apoyo explícito a ETA de los adolescentes no concuerda con la presencia real de las ideas radicales en el mundo adulto, que se sitúa "por debajo del 5%".

¿Miedo en las clases?

En cualquier caso, estos datos no fueron bien recibidos por algunos sectores nacionalistas. De hecho, por cuestionar de forma velada la labor deslegitimadora de ETA por parte del profesorado. "Como defensor del pueblo resulta muy de parte. Y el pueblo somos todos", zanjaba este rotativo abertzale. Gara cargó contra el defensor del pueblo vasco, Íñigo Lamarca,Gara cargó contra el defensor del pueblo vasco, Íñigo Lamarca,

Pablo García de Vicuña, secretario general del área educativa de CCOO Euskadi, admite que en las aulas hay un cierto reparo a la hora de afrontar el terror. "¿Miedo? Sí, aunque es un temor extensible al resto de los temas políticos. No sólo sucede con la banda", analiza este líder sindical.

La presidenta de EHIGE (Confederación de Padres y Madres de la Escuela Pública Vasca) también lo tiene claro. "Se han logrado muchos hitos a través de proyectos educativos, pero aún queda mucho", explica Ana Eizagirre. "Que existan alumnos de entre 12 y 16 años que aún no asuman valores que ya debían tener claros es preocupante", opina.

La representante de EHIGE subraya también que los escolares "no están exentos de la influencia del medio en el que viven y se relacionan. De hecho, los colegios apenas influyen un 2% en este aprendizaje, por lo que los valores e ideas se conforman en otros ámbitos".

Planes para la Paz

Que ETA salga a la pizarra sigue siendo poco habitual. Las manos tampoco se levantan en algunos institutos vascos, y hay quien prefiere el silencio. El miedo, la falta de celo o el propio convencimiento dificulta la expansión de las ideas antiterroristas, según los propios estamentos y agentes de la enseñanza.

El propio informe del Ararteko afirma que 40.000 de los 69.000 adolescentes de esta edad matriculados en el sistema educativo vasco (según el Eustat) nunca han escuchado que la violencia es injustificable.

Así, las campañas puestas en marcha por los sucesivos departamentos de Educación del Gobierno vasco han resultado insuficientes. Planes demasiado genéricos para afrontar un problema demasiado específico, según las fuentes consultadas.

La primera propuesta sistematizada llegó de la mano del anterior Ejecutivo autonómico, presidido por Juan José Ibarretxe (PNV). No obstante, el nuevo lehendakari,Patxi López (PSOE), mostró desde el primer momento su intención de reformular el Plan de Educación para la Paz, para conseguir un documento menos ambiguo e instaurar una "pedagogia democrática y social".

El proyecto, sobre el que trabajan los equipos de Justicia y Educación, llevará el testimonio de las víctimas del terrorismo a todas las aulas de la red pública vasca, con la aspiración de restar apoyo popular a los etarras.

Sindicatos confrontados

Desde CCOO, García de Vicuña confirma que "en las aulas hay un colectivo que no ve la necesidad de rechazar la violencia". Este representante sindical tampoco tiene miedo a la hora de hablar de errores en el profesorado: "Durante unos años hubo un excesivo pasotismo, dejación e incluso permisividad" con estas actitudes, y "es evidente que hay que hacer un esfuerzo mayor".

En esta línea, UGT también admite que el temor pueda haber ocultado esta cuestión en las aulas.

ELA-STV (el principal sindicato nacionalista junto a LAB) se revolvió frenética contra las conclusiones del Ararteko: "El conjunto del personal adscrito al Departamento de Educación, entre el que se encuentra el personal docente, ha cumplido de manera escrupulosa todos los requisitos establecidos por el Departamento en lo que se refiere a contenidos y currículum".

Esta organización también se quejaba de que se hubiera puesto "en tela de juicio la labor de los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza pública", para concluir denunciando que se pretendía "oscurecer esta labor extendiendo una irresponsable sombra de sospecha".

Por su parte, STEE-EILAS (la central sindical abertzale de la enseñanza) no quiso hacer declaraciones a este medio.

Ikastolas culturales o políticas

Las ikastolas desde antaño como centros tolerantes con la violencia etarra y en los que se enseñan dogmas sobre Euskal Herria.Koldo Tellitu, presidente de la Confederación de Ikastolas de Euskal Herria, niega esta fama.

"Aquí sólo impulsamos el euskera, la cultura vasca y la calidad, a través de elementos como el inglés o las nuevas tecnologías. Esa es una visión distorsionada, caricaturizada y que a veces responde más al pasado, por el momento histórico en el que nació esta opción educativa", se queja. "Nosotros respetamos los derechos humanos y las libertades, y lo hacemos desde una óptica transversal: antes de mostrar las víctimas, preferimos mostrar los sufrimientos de ambos lados", señala.

Tellitu esgrime a modo de ejemplo cómo se acusó a su organización tras la detención de Mikel Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki. Tras el arresto de este jefe de ETA, un medio de comunicación subrayó que el terrorista se había "empapado de consignas batasunas" en uno de estos centros. "Fue injusto porque esta ikastola pasó a la red pública en 1993, y no estaba dentro de nuestra cooperativa", argumenta Tellitu. Txeroki cursó estudios en la Txerokiikastola

También desde los agentes sociales piden cautela. García de Vicuña (CCOO) considera que "las etiquetas son muy peligrosas. Se ponen muy fácilmente y luego son muy complicadas de quitar", detalla, antes de señalar a la sociologia política y al entorno familiar y geográfico del alumnado de estos centros como posible causante de esas acusaciones.

"¡Ojo! Quizá tengan una mayor sensibilidad con el euskera, o incluso con el concepto de Euskal Herria, pero no hay que generalizar", advierte el sindicalista.

Asimismo, "desde 1996 no se tienen datos desglosados sobre las escuelas públicas, las privadas y las ikastolas", por lo que cualquier juicio queda en el campo de la opinión. "Evidentemente -sostiene Elzo- donde más [muchachos simpatizantes de ETA] habrá será en las ikastolas privadas pequeñas, porque de normal sus alumnos son hijos de padres cercanos a Batasuna". Aunque, insiste este sociólogo, no se debe generalizar, "porque no hay pruebas".

En cualquier caso, la escuela parece no ser la responsable de la penetración de ideas violentas entre los más jóvenes.

La lengua marca

El Ararteko observa diferencias entre los modelos lingüísticos de los jóvenes, ya que hay un mayor rechazo claro de la violencia entre los estudiantes que cursan sus estudios en castellano con euskera como asignatura.

Más del 80% de los estudiantes de modelo A (en castellano), tienen un rechazo alto o muy alto a ETA, mientras que ese porcentaje baja hasta el 62% entre quienes estudian en euskera (modelo D).

El contraste crece si se analiza los que manifiestan una actitud muy alta de rechazo a ETA: un 46% en el modelo A frente a un 17% en el modelo D.

El perfil oscuro

De este modo, la investigación sí describe una relación entre los centros educativos y la adhesión al terrorismo de sus alumnos.

El perfil del escolar que en mayor grado abomina de ETA sería el de una chica que vive en Vizcaya, cursa tercero o cuarto de la ESO y estudia en un centro concertado del modelo A.

Al contrario, este análisis también esboza el perfil más oscuro, el de aquellos jóvenes estudiantes vascos cercanos a ETA. Según el Ararteko, se trataría de un estudiante de segundo de la ESO que vive en Guipúzcoa y cursa sus estudios en el modelo D.

Por último, esta institución apunta que la negación de la banda aparece con mucha mayor presencia en las familias de los escolares que en la escuela o entre los amigos, por lo que es ese entorno familiar el "primer agente de socialización anti-ETA".

Ante esta situación, "debe reconocerse un cierto fracaso": "habiendo avanzado en el grado de reconocimiento a las víctimas del terrorismo por parte de muchas instituciones, todavía hay un alarmante porcentaje de nuestros adolescentes que justifican o son indiferentes ante la injusticia sufrida cotidianamente por muchos de sus conciudadanos".

Amenaza a los jóvenes vascos:

ETA: la serpiente se transforma en hidra novata (I)

Héroes, villanos y la seducción terrorista (II)

Conquistar mentes con el terror, enraizar en la escuela (y III)