Mauritania busca a los tres catalanes secuestrados con dos aviones de sus Fuerzas Armadas y cinco patrullas policiales, en una operación coordinada por el Estado Mayor del Ejército mauritano.
Según fuentes gubernamentales españolas, Nuakchot cree que dispone de "medios suficientes" para perseguir a los responsables del secuestro. Así, a última hora del lunes, las autoridades mauritanas rechazaron la oferta de España para tratar de localizar a los secuestrados.
El Gobierno había ofrecido un helicóptero que está en la actualidad en Nuadibú, así como personal de la Guardia Civil y de un equipo conjunto creado con la Policía mauritana para combatir la inmigración ilegal.
Mientras prosiguen las labores de búsqueda, crece el temor en el Ejecutivo español por un aumento de las exigencias políticas si al final se confirma que el secuestro ha sido obra del grupo Al Qaeda.
Además, fuentes del Gobierno creen, por ello, que el rapto de los tres cooperantes españoles será largo y duradero.
Por su parte, los familiares de los secuestrados acusan al Ejecutivo central de no informarles. Así y tras un cruce de declaraciones, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, habló con ellos en la noche del lunes para proponerles un mecanismo de comunicación que evite malentendidos.
Los empresarios Albert Vilalta y Roque Pascual y la funcionaria Alicia Gámez fueron secuestrados en la media tarde del domingo por un grupo de hombres armados con las caras cubiertas a unos 150 kilómetros de Nuakchot, cuando viajaban en un convoy entre la capital del país y Nuadibú, la ciudad más importante del norte.
Uno de los integrantes de la Caravana Solidaria ha explicado que estaba escuchando el partido entre el F.C.Barcelona y el Real Madrid cuando el conductor del último automóvil, en el que viajaban los secuestrados, gritó y pidió ayuda al resto, alertando de la presencia de hombres armados. EPF