La médica cubana Hilda Molina sale de Cuba para Argentina sin rencor a los Castro

AGENCIA EFE 14/06/2009 00:00

"Yo le agradezco como persona al Gobierno cubano, y como familia", dijo Molina a periodistas en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana, desde donde salió a Buenos Aires, con escala en Panamá, para reencontrarse con su hijo y su madre y conocer a dos nietos.

La neurocirujana de 66 años, a quien el Gobierno cubano negaba la salida del país desde 1994, señaló que esa decisión debió haber sido tomada hace 15 años, pero que, "como quiera que sea, (los Castro) han dado un paso".

"Lo entiendo mejor en el general Raúl, porque sé que quiere a su familia, y quien quiere a su familia entiende que los demás también la queremos", apuntó.

Según explicó, hace dos semanas escribió una carta al general Castro que no tuvo respuesta, pero insistió en que el actual presidente cubano "quiere mucho a su familia y (...) por eso tuvo resultado la gestión".

"En este terreno, lo que sería bueno para Cuba es que todos los cubanos pudiéramos entrar y salir del país sin tenerle que pedir permiso a nadie", dijo.

Molina dirigió en Cuba el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), pero rompió con el régimen en 1994, aunque no se consideraba disidente.

Tras varias gestiones de Argentina para conseguir el permiso de salida de Molina, el líder cubano Fidel Castro escribió en 2008 que no aceptaría el "chantaje" para permitir su salida y la acusó de haber intentado apoderarse del CIREN.

"Yo lo que quiero es que (Fidel Castro) se cure, que se ponga bien y que tenga ideas buenas para mi país", respondió hoy la neurocirujana cuando le preguntaron si guarda resentimientos hacia el ex mandatario, que no aparece en público desde 2006 por una enfermedad intestinal que lo llevó a ceder la Presidencia a su hermano.

Al arribar al aeropuerto, Molina fue saludada por algunos turistas argentinos recién llegados a la isla, que la reconocieron y le obsequiaron una camiseta de fútbol con el rótulo de Argentina.

La neurocirujana llegó acompañada de un grupo de amigos, entre ellos la viuda del disidente cubano Gustavo Arcos, Teresa de Paz, y dijo que llegará este domingo a Buenos Aires con "pasaje de ida y vuelta" y que no se dedicará a la política.

"Yo no sirvo para la política (...), no voy a hacer partidos políticos ni grupos anticastristas porque, además, no tengo madera de líder. Yo sirvo para ver enfermos", indicó.

Añadió que sus aspiraciones ahora son dedicarse "un tiempo a ser abuela y a ser madre", y recordó que llegará a Argentina con la preocupación del "delicado estado de salud" de su madre de 90 años, Hilda Morejón.

Morejón recibió autorización para abandonar la isla en 2008, tras intensas gestiones del Gobierno argentino.

En Buenos Aires residen el hijo de Molina, Roberto Quiñones, también médico y nacionalizado argentino en 1996, y sus nietos de 13 y 7 años, a los que no ha visto nunca.

La presidenta argentina, Cristina Fernández, fue la primera en anunciar el viernes que Molina ya podía viajar tras 15 años de pedirlo, y expresó su "reconocimiento" y "agradecimiento" por lo que llamó "importante gesto" del Gobierno que preside desde hace 16 meses Raúl Castro.