El acuerdo pactado gira en torno a la prolongación del mini-trasvase del Ebro hacia Barcelona y se pretende dejar claro que será una "aportación puntual de agua" en función de la sequía que afecte a Cataluña, por lo que se rechaza hablar de trasvase al no ser una aportación permanente de agua.
Antes de la reunión de José Montilla y el conseller catalán de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, con la ministra Espinosa, el presidente catalán ha informado de la situación al presidente de CiU, Artur Mas. Mas ha remitido a José Montilla una carta en la que se ofrece a llegar a acuerdos sobre la interconexión del Ebro con el área metropolitana de Barcelona si se aceptan, entre otras condiciones, soluciones a largo plazo como el trasvase del Ródano y las desalinizadoras.
"No" al trasvase del Ródano
El presidente catalán, José Montilla, ha descartado de plano llevar adelante la "obra faraónica" del trasvase del Ródano, tal como reclama CiU. El PSC ha avanzado que el acuerdo que alcanzarán esta tarde los gobiernos central y catalán no representará sacar "ni una gota más" del río Ebro.
El acuerdo también prevé una serie de controles para regular la aportación puntual de agua, los cuales contemplan entre otras medidas, la aprobación un decreto de sequía que "preverá que la aportación (del Ebro) no sea permanente y esté regulada y controlada".
La vicepresidenta De la Vega se refería ayer a esta solución. "En principio no hemos optado por el trasvase, hemos optado por lo que hemos venido haciendo en otros territorios", ha recalcado. "Estamos trabajando para proveer recursos hídricos que garanticen en momentos de dificultad, como la sequía, suficiencia para abastecimiento humano". En este sentido, aseguró que se están barajando las soluciones más sostenibles, realizables y garanticen el caudal ecológico adecuado, como por ejemplo, la compra de derechos de uso de agua de los regantes, como se ha hecho en otras zonas. LA