Mariano Rajoy ha llegado relajado y con paso firme a la primera sesión de control al Gobierno tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP. Era momento de dejar las crisis internas a un lado y hacer oposición.
La crisis que ha protagonizado la intervención del líder popular, por segunda semana consecutiva, ha sido la económica. Rajoy ha comenzado su intervención recordando a Zapatero los datos conocidos esta semana, como el aumento del IPC hasta el 4,7% en abril o el incremento del 19,1% del déficit exterior.
El líder del PP ha criticado la actitud de Zapatero ante esta situación. "Las familias y las empresas lo están pasando muy mal y no quieren ni comentarios, ni chascarrillos, ni chistes, quieren que se comporte como un gobernante y adopte decisiones", ha señalado Rajoy, arrancando los aplausos de la bancada del PP felicitándole por la firmeza de su respuesta.
Los miembros del PP han vuelto a cerrar filas en torno a su líder, por lo menos de puertas hacia fuera, y han mostrado su apoyo a Rajoy en su intervención ante el Congreso de Diputados.
"No le estoy preguntando al comentarista, sino a un gobernante que tiene que tomar decisiones", ha reiterado tras criticar a Zapatero por haber dicho que era necesario hacer un seminario entre expertos para ver si España está en crisis o en desaceleración.
Por su parte, Zapatero ha vuelto a repetir su mensaje de confianza ante la crisis económica. Aunque ha reconocido que España se encuentra en un proceso de desaceleración, se ha defendido de las críticas de Rajoy resaltando los "activos importantes" con los que cuenta la economía española, entre los que destacó unas cuentas públicas saneadas o 20 millones de personas trabajando, circunstancia que, según ha añadido, nunca había tenido España en un periodo de desaceleración. MLS ¿Crisis o desaceleración?