Tras su primera visita oficial a Israel y Cisjordania, Zapatero mantuvo su optimismo respecto a las posibilidades de reactivar las negociaciones de paz en Oriente Medio, aunque reconoció que hay "muchas dificultades".
Hizo esta apreciación tras reunirse en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien insistió en el derecho a la autodefensa y dejó claro que, para su país, la paz supone promover "un Estado palestino desarmado que reconozca al Estado de Israel".
Netanyahu elogió el compromiso de España y garantizó que colaborará con su Gobierno "como buenos amigos para promover una paz verdadera" cuando asuma la Presidencia de la UE en el primer semestre de 2010.
El primer ministro israelí aprovechó la ocasión para instar a los países de la ONU a que mañana, en el Consejo de Derechos Humanos, voten en contra del informe Goldstone, que acusa al Ejército israelí y al movimiento radical Hamás de cometer crímenes de guerra durante la ofensiva hebrea contra Gaza de diciembre y enero pasados.
A su juicio, si ese informe avanza afectará al proceso de paz.
Sin pronunciarse con claridad sobre esta cuestión, Zapatero apostó por "poner fin" a los "enjuiciamientos recíprocos".
El presidente del Gobierno español comenzó la jornada en el Museo del Holocausto de Jerusalén, donde, tocado con la tradicional kipá (el solideo hebreo), rindió homenaje a los seis millones de judíos víctimas del nazismo.
Su primer entrevista fue con el presidente de Israel, Simon Peres, ante quien aseguró que el pueblo español será siempre un "baluarte", un "militante activo" en defensa de la paz "justa" en Oriente Medio, "con dos estados que se respeten" y con la seguridad garantizada para los israelíes
Peres aprovechó la ocasión para agradecerle "que no se llevará a los tribunales a líderes israelíes tanto civiles como militares, que no han hecho sino defender la vida de su pueblo".
En el día en el que el Congreso español aprobaba limitar el principio de la jurisdicción universal, el presidente israelí hizo referencia al archivo de la causa abierta en la Audiencia Nacional sobre el ataque perpetrado por el Ejército israelí sobre Gaza en 2002, en el que murieron un líder de Hamás y catorce civiles.
Desde Jerusalén, Zapatero se desplazó a Ramala, donde le esperaba en la Mukata el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas, para imponerle la "estrella del honor", condecoración con la que los palestinos han querido reconocer el apoyo del Gobierno español a la "libertad y la independencia" de su pueblo.
Tras realizar una ofrenda floral frente a la tumba de Yaser Arafat, el jefe del Ejecutivo aseguró que España "va a mojarse" durante la Presidencia de la UE por la paz en Oriente Medio y por el reconocimiento del Estado palestino.
Tras estimar que el plazo para el reconocimiento del Estado palestino "no puede ser muy largo", asumió una de las principales reivindicaciones palestinas e instó a Israel a "detener y congelar" los asentamientos en los territorios ocupados para iniciar el diálogo.
España es el segundo donante de la UE a la Autoridad Palestina y Zapatero aprovechó su visita a Ramala para conocer la Escuela de educación musical de la Fundación Barenboim-Said, un proyecto constituido con ayuda española para contribuir a la convivencia pacífica entre israelíes y palestinos a través de la música.
De vuelta a Jerusalén, se reunió con la líder de Kadima, el principal partido de la oposición, Tzipi Livni, y con un grupo de artistas e intelectuales israelíes, antes de acudir a su cita con Netanyahu.
Zapatero llegó a Israel desde Siria y mañana realizará una breve escala en Amán para reunirse con el rey de Jordania, Abdalá II, antes de concluir su gira por Oriente Medio con una visita a las tropas españolas desplegadas en Líbano.