Un coreano admite que mató a golpes a una niña de 11 años, pero niega que la violase

AGENCIA EFE 22/11/2010 17:48

El acusado ha manifestado al jurado popular, en la primera sesión del juicio que se sigue contra él, que a la niña, a la que conocía desde que tenía 5 años, la quería como a una hija suya, y que no tenía intención de matarla, pero que se "enfureció" y la golpeó primero con las manos y después, hasta tres veces, con un cuerno de vaca en la cabeza.

Posteriormente, la golpeó en la cabeza con una bombona de gas con la que le causó fracturas múltiples y que hasta hizo que saliera la masa craneoencefálica, según sostienen el fiscal y la acusación particular, que señalan que la niña previamente fue estrangulada, además de golpeada.

El procesado, Sang O.L., de 51 años, explicó al tribunal que la presencia de su saliva en el cuerpo de la niña obedece a que en su país se tiene la costumbre de escupirse a las manos cuando se va a golpear, y negó que se sintiera atraído que es el móvil que sostienen tanto el fiscal como la acusación particular.

El procesado atribuyó su reacción violenta a la carencia de estudios, e indicó que el sábado 23 de agosto de 2008 (aunque los hechos según el fiscal y la acusación ocurrieron el día 30), sabía que el padre de la niña estaba jugando un torneo de golf y que su madre y su hermano se hallaban en Corea, por lo que aprovechó para ir a robar a la casa porque necesitaba 2.600 euros.

El acusado, que antes se había desplazado al campo de golf del Cortijo, situado en el municipio de Telde y donde el padre jugaba el torneo que, según el procesado, le llevaría cinco horas en el campo, negó haber cogido las llaves de la casa de su amigo de la taquilla del vestuario, y apuntó que fue la menor quien le abrió la puerta.

Indicó que pasadas las 13.00 horas regresó a la ciudad y se dirigió a la casa de su amigo, donde vio cómo entraba niña, que él creía que estaba en el sur de la isla con unos vecinos.

Añadió que la llamó por teléfono para que le abriera la puerta porque quería visitarla, como había hecho en otras ocasiones, y que ésta lo hizo envuelta en una toalla.

El procesado dijo que se pusieron a ver una telenovela coreana, y que cuando él comenzó a registrar la habitación de los padres en busca de dinero, ella le pidió que no lo hiciera, por lo que la pegó para que se apartara.

Según relató, la niña se puso a llorar y al intentar consolarla le mordió, por lo que se volvió "loco".

El acusado se enfrenta a una pena de 49 años de prisión por los delitos de asesinato, robo con violencia, allanamiento de morada y violación, que podría elevarse a 52 años de cárcel si prospera el delito de amenazas que sostiene la acusación particular, ejercida por el letrado Santiago Melado, que pide 96.000 euros de indemnización frente a los 400.000 del Ministerio Fiscal.

Tanto el fiscal José Antonio Díez como la acusación pidieron al tribunal popular el castigo "más severo posible" por los hechos que consideran que cometió el acusado, que los planeó con tiempo y con el único objetivo de satisfacer sus "más bajos instintos sexuales", apuntó Melado.

El abogado de la defensa solicita una pena de 15 años de prisión, 5 por el delito de robo con violencia y 10 por el homicidio con dolo eventual, así como que indemnice a la familia con 100.000 euros.

Según la defensa, el acusado actuó bajo una "presión tremenda" porque se acababa de divorciar y no tenía el dinero que le reclamaba su ex mujer y podía ir a la cárcel.