La retirada de Jordi Pujol de la política, -por la puerta de atrás-, marca el fin de una era no sólo en Cataluña, sino en toda España. Desde el gobierno aseguran que el ex presidente de la Generalitat deberá rendir cuentas ante los tribunales.
Aunque para Artur Mas el asunto de los millones no declarados de Pujol tiene carácter familiar, el gobierno central advierte que no es así.
Con su confesión culmina la carrera política del hombre que lo ha sido todo en Cataluña. Fundador y presidente de Convergencia Democrática, diputado desde las primeras eleccione y President, seis veces consecutivas, tres de ellas con mayoría absoluta.
Sus 23 años al frente de la Generalitat siendo llave de todos los gobiernos, tanto de izquierdas como de derechas, y su cruzada como embajador de Cataluña han quedado repentinamente ensombrecidos. El patriota catalán se va dejando un amargo sabor de decepción.