La investigación continúa en busca de los autores del atentado en Mallorca

INFORMATIVOS TELECINCO 01/08/2009 07:02

Se está investigando la posibilidad de que los etarras ya hayan huido y por ello se están mirando listados de embarque en barcos y aviones que salieron de Mallorca en las horas previas al atentado. La tarea es como buscar una aguja en un pajar, porque, con toda seguridad, las documentaciones utilizadas para sacar los correspondientes billetes serían falsas. Aunque algunos medios apuntaron la posibilidad de que la Policía y la Guardia Civil estaban trabajando con la identidad de dos sospechosos, otros medios indican que todavía no se tiene ningún dato fehaciente que permita saber quiénes fueron los terroristas que colocaron las bombas.

El Ministerio del Interior distribuía ayer las fotografías de seis presuntos miembros de ETA, sospechosos de ser los autores de la última ofensiva, dos atentados en apenas 24 horas en Burgos y Mallorca, coincidiendo con el 50 aniversario de ETA.. La Fuerzas de Seguridad del Estado han pedido la colaboración ciudadana para capturar a los seis terroristas, todos muy jóvenes y que podrían haber participado en los últimos atentados contra la Casa Cuartel de Burgos y el del jueves en Calvià.

Se trata de Itziar Moreno Martínez, Iratxe Yáñez Ortiz de Barrón, Alberto Machain Beraza, Joanes Larretxea Mendiola, Iván Saez de Jáuregui Ortigosa y Oroitz Gurruchaga Gogorza. Oroitz Gurruchaga, nacido en Rentería en 1981, es el único que ya figuraba en los listados de los terroristas más buscados y estaba considerado uno de los líderes y organizadores de la violencia callejera en el País Vasco. Por su parte, Iratxe Yáñez e Iván Saez de Jáuregui también son conocidos de las Fuerzas de Seguridad y tienen antecedentes por haber recabado información sobre posibles objetivos de la banda terrorista, como políticos, militares o policías.

Podrían haber huido de Mallorca

Las dos bombas lapas colocadas en sendos coches de la Guardia Civil de la localidad mallorquina de Calviá fueron adheridas en los vehículos durante la noche del miércoles al jueves, según fuentes de la investigación. El artefacto se activó mediante un sistema antimovimiento y no con un mando a distancia como se barajó en un principio. Las dos bombas fueron colocadas en los bajos de sendos vehículos que se aparcan en la calle por falta de sitio en la instalación oficial. Las "lapas" estaban metidas dentro una fiambrera de plástico en la que había entre tres y cuatro kilos de explosivo, una cantidad muy superior a la que se suele colocar en este tipo de bombas.

Uno de los artefactos se colocó en un coche que está fuera de uso por una avería y que está pendiente de ser reparado. Nadie movió el vehículo por lo que el artefacto no estalló hasta que fue neutralizado mediante una explosión controlada. La segunda bomba, en cambio, se colocó en los bajos del coche utilizado por los agentes Diego Salvá y Carlos Sáenz, quienes emplearon el vehículo por la mañana para realizar algunas tareas y trasladarse con él hasta una oficina de denuncias que el Instituto Armado tiene instalada en Palmanova y en la que se atiende al público en horas de oficina. Hacia las diez de la mañana estacionaron el vehículo y no regresaron a él hasta pasadas las dos de la tarde, cuando se produjo la explosión.

Los dos artefactos tenían un sistema antimovimiento para provocar su explosión, al parecer una cápsula de mercurio. Este mecanismo hace que la bomba estalle cuando el coche echa a andar o simplemente por la vibración que se registra al ponerlo en marcha. Sin embargo, las bombas tenían sendos temporizadores lo que permite a los etarras asegurarse que la bomba no va a estallar antes de determinado para no ser alcanzados.

Estos datos ponen en evidencia que los terroristas tuvieron muchas horas para alejarse del lugar del atentado. Aunque el delegado del Gobierno en las islas Baleares, explicó que la hipótesis con la que se trabajaba era que los terroristas no habían abandonado Mallorca, en medios de la lucha antiterrorista no se descarta tampoco lo contrario.