Israel condiciona la tregua con Hamás a la devolución del soldado Guilad Shalit

EFE 18/02/2009 09:54

Jerusalén, 18 feb (EFE).- Israel decidió vincular cualquier acuerdo de tregua con Hamás en Gaza a la liberación del soldado Guilad Shalit, a la espera de que se forme un nuevo gobierno tras los contactos políticos que inició hoy el presidente israelí, Simón Peres.

En una decisión que puede retrasar en meses las negociaciones con el movimiento islamista, el Gabinete de Seguridad Nacional israelí, que preside el primer ministro, Ehud Olmert, sentenció que no habrá apertura de pasos sin el regreso de Shalit, cautivo en la franja desde junio de 2006.

"Israel continuará sus esfuerzos humanitarios (..) y para ello permitirá una actividad parcial en los pasos fronterizos con Gaza (..) pero la expansión de actividades en los pasos se discutirá cuando sea liberado Shalit", precisó en un comunicado la Oficina del Primer Ministro israelí.

Se trata de una postura que encasquilla cualquier desenlace político en la zona después de que Israel y Hamás decretaron por separado el alto el fuego el 18 de enero, tras veintidós días de guerra en Gaza que costó la vida a 1.400 palestinos, la mayoría civiles, y a trece israelíes, en su mayor parte militares.

Hamás aseguró entonces que sin la apertura de fronteras no aceptaría una tregua a largo plazo, y hoy sus líderes insistieron en separar ese eventual acuerdo y la liberación de Shalit, que consideran debe ser negociada de forma aparte.

"No puede haber tregua a no ser que el bloqueo (a Gaza) sea levantado y los cruces reabiertos. La cuestión de la tregua no debe estar ligada a la liberación del prisionero Shalit", manifestó el líder del buró político del movimiento islamista, Jaled Meshal, desde su exilio en Damasco.

Ismail Radwán, su portavoz en Gaza, consideró la decisión "una puñalada por la espalda a Egipto", porque la nueva postura israelí llega en momentos en que todas las partes estaban convencidas de que el acuerdo era cuestión de días.

Según Radwán, la decisión "no doblegará" a Hamás, que "seguirá apegado a su derecho a la defensa propia".

"No tenemos ninguna prisa", aseguró.

En Israel la resolución gubernamental fue recibida con el apoyo generalizado de la población y de los líderes políticos, que ven la tregua como una "claudicación" ante Hamás y aspiran a "maquillar" su amargo sabor con la liberación de Shalit.

"Sería inconcebible aceptar una tregua y la apertura de pasos en Gaza sin la liberación de Shalit", declaró el ministro del Interior de Israel, Meir Shitrit.

En el comunicado gubernamental se enmarca la posible liberación de Shalit en un canje de prisioneros, sobre el que, no obstante, se precisa "que las cifras quedan por acordar".

Por la liberación de Shalit Hamás exige la de unos 1.400 palestinos de distintas corrientes políticas, entre ellos muchos de los responsables de los atentados suicidas durante la Intifada de Al Aqsa, iniciada en 2000.

Con la costosa liberación de su soldado -una histórica obligación moral para cualquier ejecutivo israelí-, el gobierno saliente de Olmert aspira también a disfrazar una tregua que podría fortalecer a Hamás frente a los moderados de Al Fatah, interlocutores de Israel en las negociaciones de paz de Annapolis.

Expertos destacan también que Olmert quizás espere obtener mayores concesiones de Hamás en ambas negociaciones -la de la tregua y la del canje de prisioneros-, al tener como contrapeso la casi segura entrada de la derecha nacionalista en el gobierno de Israel.

La formación derechista Likud, bajo el mando de Benjamín Netanyahu, quedó en segundo lugar en las elecciones del 10 de febrero, pero al tener más aliados posibles que el vencedor de los comicios, el centrista Kadima de Tzipi Livni, es muy probable que el encargo de formar gobierno lo reciba él.

La responsabilidad recae en el presidente del Estado, Peres, que esta tarde comenzó las reuniones con los líderes de los grupos con representación parlamentaria antes de decidir: primero con los de Kadima, la mayor fuerza política, y después los del Likud.

Al recibir los resultados de las elecciones, pistoletazo de salida a los contactos políticos, Peres expresó "su confianza en que se forme una coalición amplia, en la que todos los que formen parte de ella tengan frente a sí los intereses del Estado".

Mañana, jueves, el presidente israelí seguirá la ronda de consultas para verificar si alguno de los dos aspirantes, Netanyahu o Livni, cuenta con el apoyo de al menos 61 de los 120 diputados de la Kneset para encargarle la formación del nuevo gobierno.