Margallo recurrió a exministros socialistas como Moratinos y De la Vega para que España entre en el Consejo de Seguridad

EUROPA PRESS 15/10/2014 18:31

El jefe de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo, ha movilizado a exministros socialistas en la campaña de recogida de votos para lograr que España entre en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, han informado a Europa Press fuentes diplomáticas.

Este ha sido el caso del exministro de Exteriores Miguel Angel Moratinos y de la exvicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega. García-Margallo pidió a su predecesor en el cargo ayuda con ciertos países de América Latina y el Africa subsahariana, mientras que De la Vega ha hecho gestiones ante las autoridades de algunos países de Africa Occidental con los que colabora su Fundación Mujeres por Africa.

Los buenos oficios de Moratinos han ayudado a que al menos seis países hayan comprometido el voto para España. Se trata de Cuba, Guinea Ecuatorial, Yibuti, Níger, Burkina Faso y Sudán, según las fuentes consultadas.

La votación que decidirá si España entra o no en el máximo órgano decisorio en materia de paz y seguridad tendrá lugar este jueves en una reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.

Los 193 países miembros de la Asamblea están llamados a renovar cinco de los diez asientos no permanentes del Consejo, del que forman parte con carácter fijo EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia.

Las cinco vacantes se reparten entre grupos regionales y el único en el que hay competencia entre distintos candidatos es en el de 'Europa Occidental y otros Estados', al que pertenece España y para el que hay dos vacantes. Los otros tres asientos los ocuparán previsiblemente Angola, Malasia y Venezuela. La votación para decidir las dos vacantes del grupo de España se espera, pues, reñida.

UNA POLÍTICA DE ESTADO

La campaña en favor de la candidatura al Consejo de Seguridad se desarrolla a lo largo de varios años. En el caso de España, la candidatura la presentó en 2005 el anterior Ejecutivo socialista, mientras que al Gobierno del PP le ha correspondido el esfuerzo central de la campaña, que se concentra en los dos años anteriores a la votación.

Se trata, pues, de una política de Estado. Formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU es una de las principales aspiraciones que puede tener un país. Da capacidad de influencia en los grandes asuntos internacionales, ofrece una oportunidad única para estrechar relaciones con el resto de miembros del Consejo y facilita el acceso a información valiosa.

España considera que, por su peso en la ONU (es su sexto contribuyente mundial, incluyendo aportaciones obligatorias y voluntarias) le corresponde formar parte del Consejo de Seguridad como miembro no permanente al menos una vez cada 10 años. La última vez que estuvo en el máximo órgano decisorio mundial en materia de paz y seguridad fue en el periodo 2003-2004, marcado por la guerra de Irak.

Fiel a esa frecuencia, España presentó en 2005 su candidatura. Tendría silla asegurada si Turquía --que como otros países emergentes viene reclamando una representación mayor en la ONU-- no se hubiera postulado en 2011, apenas un año después de haber formado parte del Consejo de Seguridad en el bienio 2009-2010.