En principio, el grueso del acuerdo estaría consensuado e incluye una serie de medidas para impulsar la actividad económica y fomentar el empleo, para lo que esperan contar con los nuevos recursos que reportará la reforma fiscal que ambos partidos están consensuando y que, según los cálculos que barajan, podrían ascender a alrededor de 1.500 millones en los próximos tres años.
En función de esas estimaciones, PNV y PSE barajan que podrían contar con aproximadamente 6.200 millones hasta 2016 para destinar a una serie de medidas con el objetivo de hacer frente a la crisis.
De esa cifra, alrededor de 5.000 millones vendrían vía presupuestos y el resto provendría del 50 por ciento de los recursos que esperan obtener de la reforma tributaria y la lucha contra el fraude fiscal, que, según los números que barajan, podrían ser 500 millones cada año.
Ambos partidos trabajan en concretar el destino de todos esos recursos, algo que es clave para el PSE-EE de cara a dar por cerrado el acuerdo. En todo caso, ya se han consensuado algunas iniciativas como la de articular un fondo para la contratación directa de parados y jóvenes en aquellos municipios con mayores niveles de desempleo.
El objetivo también es tratar de impulsar la actividad económica a través de otras medidas como la ampliación de los planes Renove que pueden servir para activar la demanda interna y un programa de avales, que permita superar los problemas que están suponiendo la falta de acceso a financiación.
Para la puesta en marcha de estas medidas resulta clave el capítulo relativo a la política fiscal y ambos partidos han consensuado las principales modificaciones para garantizar que se pueda contar con recursos adicionales. Además, habrían superado sus diferencias sobre el papel que debe tener el Parlamento vasco en este ámbito, que se encargaría de establecer el "marco general" de la fiscalidad.
La apuesta en el ámbito del IRPF iría por aumentar la presión fiscal para las rentas más altas y, en relación al Impuesto de Sociedades, se establece una revisión de las deducciones y la propuesta que está encima de la mesa sería no subir los tipos, aunque sí establecer un tipo mínimo.
Otro de los aspectos ya consensuados tiene que ver con el compromiso de ambos partidos de no reducir la financiación de los servicios públicos esenciales como sanidad, educación o ayudas sociales, que será, al menos, la misma que la recogida en los presupuestos del ejercicio 2012.
En principio, se espera que, si se terminan de cerrar las cuestiones pendientes, el acuerdo, que se daría a conocer este lunes, se podría rubricar el próximo 16 de septiembre.
El PNV reunirá a su Ejecutiva este lunes como lo suele hacer habitualmente y, por su parte, el PSE-EE probablemente convocará esta próxima semana a su Comité Nacional y la cita podría ser el jueves.